Señor director:

Abogo siempre por más mercado y menos Estado. Sin embargo, el mercado en Chile tiene imperfecciones que se solucionarían sólo con aumentar la competencia, creando instituciones adecuadas y mejorando la información.

Por ejemplo, el caso de los recolectores de basura demuestra la escasa educación económica. La oferta de trabajo para estos  puestos que requieren poca preparación es suficiente, y por eso los precios (salarios) se mantienen bajos. Cabe recordar que estos siempre son regulados por la oferta y la demanda y no por el deseo de "abuso". No existe un sueldo "justo", así como no existe un precio "justo" para cualquier otro producto o servicio. Entonces, el salario es rectificado por el mercado competitivo.

 Otro ejemplo es la política de muchas empresas, que obligan a una persona a pagar su cuenta antes de cortar el servicio.  ¿Cuál es el punto de forzar a una persona sin dinero a aumentar su saldo? Subir la deuda genera un incentivo mayor para no pagar. Es lógico que la empresa quiera su dinero, pero hay mejores maneras de incentivar a la gente. Debido a que el costo marginal de proveer un servicio de internet o teléfono en sectores urbanos es bajo, si pagan temprano se podría ofrecer un cupón de 50% de descuento el primer mes, cuando vuelvan a contratar el servicio. Otra idea es no cobrar la cuota para restablecer o reconectar el servicio la próxima vez.

Tales beneficios crean un incentivo para que los clientes retomen el servicio en lugar de huir en busca de otra empresa. Lamento que exista esta imperfección en el mercado, desinteligencia que daña a la empresa y al cliente. El Estado apenas puede solucionar el problema, pero sí puede ayudar instalando un marco institucional consecuente.

John Cobin