Histórico

La Generación X vive una nueva versión de la crisis de la mediana edad

Ni autos deportivos ni cirugías que recuperen la juventud, como lo hicieron sus padres. Los nuevos pasajeros de la crisis de la mediana edad -los adultos jóvenes de entre 35 y 45 años- miran el pasado, reflexionan y se preguntan dónde quedaron sus sueños.

Ellos se rendían ante la tentación de un auto deportivo. Ojalá con hartos cilindros. Y partían a mostrárselo a sus amigos esperando de vuelta una reafirmación de cómo habían revertido el paso de los años con el nuevo juguete. Y ellas, de la mano de una cirugía, intentaban sacarse unos años de encima. Esa es la imagen más clásica de un baby boomer en plena crisis de la mediana edad, echando mano a lo que pudiera entregarle ráfagas de la juventud perdida.

Esa generación está camino a la tercera edad (algunos ya están instalados en ella). Y la crisis de la mediana edad hoy tiene en la mira a otra generación: la de los X. Adultos jóvenes que están entre los 35 y 45 años y que, contrariamente a sus antecesores, no están pensando ni en autos deportivos ni en el quirófano.

Su transición al cruzar la barrera de los 40 años es distinta. Primero, porque los 40 de hace tres décadas no son los mismos de ahora: hoy no se es "viejo" a esa edad y queda harto camino por delante. La mitad de la vida, prácticamente. Y segundo, porque sobre la mesa están poniendo más reflexión y menos desesperación que sus antecesores.

Para ellos, el tema está siendo el qué pasó con sus sueños, con sus posibilidades aprovechadas y perdidas, si están donde quieren y haciendo lo que quieren, si tienen tiempo para ellos y sobre su salud. Y este último punto no es menor: llegar hasta donde llegaron (no importa qué tan lejos) tuvo costos grandes que hoy su cuerpo resiente con estrés y achaques que antes tenían los "viejos". Y eso les pasa la cuenta en plena crisis.

Es que las exigencias han cambiado. Hasta los años 80, el ideal de vida de un chileno promedio era bastante austero. Con la casa propia y una familia tipo Los Ingalls, la deuda estaba saldada. Hoy, en cambio, la lista es más compleja. De partida, las "necesidades" básicas se multiplicaron y son harto más inestables: "Por estos días, tu casa no es la definitiva, tu trabajo, menos, y tu esposa… quién sabe", dice Raúl Carvajal, sicólogo de Clínica Santa María.

Sus padres -los boomers- les contaron una historia distinta a la que están viviendo. Les hablaron de una realidad con hartas posibilidades y abundantes opciones. En el fondo, era algo así como pasar de cambiar el canal de la tele con la perilla (o el alicate) a los botones del control remoto. Sin embargo, la Generación X se dio cuenta en el camino que sus opciones no eran tan ilimitadas, que no las podían tomar todas y que llegar lejos requería de harto esfuerzo.

Como dijo Miranda July, directora de la película El futuro a The New York Times, a los 20 años tenían esa sensación de que en la vida iban a hacerlo todo. A los 30 se hizo evidente que lo que iba a pasar era, en realidad, una cantidad bastante limitada de cosas. Y a los 40… bueno, a los 40 se dieron cuenta de que los plazos se agotan irremediablemente.

MÁS REFLEXIVOS

"De partida, los X son una generación más reflexiva que la de nuestros papás", dice Juan Ignacio Silva, manager de Page Personnel. La de ellos fue una generación más operativa, sin cuestionamientos. Con la mente focalizada en el trabajo.

"Un generación X, en cambio, se pregunta si alcanzó sus sueños", agrega Silva. Claro, con una economía más competitiva y un contexto sociocultural más acelerado, el X llega a la crisis luego de haber alcanzado más temprano que sus padres el nivel de bienestar que tiene que ver con la primera vivienda y los bienes de consumo -como auto, viajes o crédito hipotecario-, es decir, llega a estas alturas realizado en lo material. Por eso, el cuestionamiento es más cualitativo, dice Silva. "Se encuentran con un trabajo o una vida que no los completa y dicen: ¿qué es esto? ¿En qué estoy? Y se empiezan a romper esquemas socioculturales, familiares o religiosos a una edad más tardía que los Y (los nacidos entre 1980 y 1995)", comenta Silva.

Sí, porque los expertos concuerdan en que la crisis de la mediana edad de los X tiene planteamientos similares a los que los Y se están haciendo o se hicieron al inicio de su vida laboral.

Por ejemplo, los X a esta edad quieren flexibilización: a la hora de elegir un trabajo, no les importa la plata, sino el proyecto. "Esa es la típica respuesta de un profesional recién graduado de la Generación Y", comenta Silva.

La reflexión de los X puede llegar a ser autoflagelante. "El modelo que te venden es que a los 30 eres un tipo conquistador, exitoso y full productivo. Si eso no pasa, golpea fuerte en el ego. Como una bomba. Ahí hay un duelo narcisista: el tener que aceptarte en el no logro, en el no ideal", dice Carvajal. Un dato muestra algo de eso: el estudio "Percepciones y Perspectivas 2011-2012", de la U. del Desarrollo, preguntó a personas de distintas edades si sentían haber cumplido con las metas que se habían propuesto. Los menos satisfechos fueron los generación X.

Además, son culposos. Más estructurados con el deber. "Es cultural: nuestra cultura occidental está muy basada en la culpa", explica Silva. Entonces, carga con el peso de hacerse cargo de la generación que le antecedió (sus padres) y de la que viene (sus hijos). Nada que ver con los Y. "La Y no se hace cargo de los problemas de los padres: son hijos del mundo. Los Y se sacudieron de esa culpa", agrega. Eso indica cuán dueños de su vida se sienten.

TIEMPO NO MÁS

Tal vez lo más duro de esta crisis es darse cuenta de que la promesa del éxito desgastó a esta generación, pero no necesariamente los llevó donde creyeron que iban a llegar. Y hoy pagan los costos.

Entonces, además de hacer el duelo del evidente paso de los años -ya no pueden salir como antes, ya no son tan atractivos para el sexo opuesto y no tienen tanta energía-, salen a flote su desmejorada salud y la escasez de tiempo.

Lo primero tiene visibilidad a nivel mundial: en Estados Unidos aumentaron hasta en 37% las hospitalizaciones por ataques cerebrovasculares en personas menores de 44 años entre 1995 y 2008. Un problema que hace 15 años estaba radicado sólo en adultos mayores y que entre sus factores cuenta la hipertensión y sedentarismo. Y el estudio "Chile 3D 2013" de Collect Gfk muestra que quienes están entre los 35 y 44 años son el tramo menos satisfecho con su disponibilidad de tiempo libre.

Eso explica que una encuesta publicada en The Daily Mail deje atrás la imagen del inicio, esa del boomer en plena crisis comprando un deportivo. ¿Qué quieren los X en esta crisis? Primero, una vida más simple. Después, ir a festivales de música, buscar a antiguas novias o novios en Facebook, recordar que todo pasado fue mejor y tocar un instrumento.

...En el fondo, lo que no tuvieron tiempo de hacer.

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