Histórico

La leyenda del Caballero Steve

Nació con una malformación y sufrió de discriminación. No le importó y se transformó en uno de los referentes mundiales de su deporte.

A simple vista es difícil creer que el hombre macizo, barrigón, de pelo cano y semblante alegre que está sentado en la terraza del Mall Sport es uno de los referentes del skateboarding mundial...Pero lo es. Se trata de Steve Caballero, el skater del Siglo XX según la revista especializada Trasher, quien está por primera vez en Chile para participar en Bowlzilla.

Estará en Ritoque junto a sus grandes amigos de la vida, entre los que figura Tony Hawk (con quien participó en su videojuego, ambos leyendas de este deporte), y los miembros de su banda, The Faction: Gavin O’Brien,  Craig Bosch y Russ Wright, la formación original. “Somos amigos desde 1982. Nos separamos y nos volvimos a unir y tocaré con ellos el sábado, dice.

La historia de Cab es singular, por decir lo menos. Nació con escoliosis, evidente en la inclinación de su rostro. Además, por su ascendencia méxico-japonesa, sufrió desde siempre la discriminación. “Siempre me discriminaron, pero no en el skateboard. Sí lo hizo mi país y todo el mundo, por todas partes”. Uno de los episodios que más recuerda fue el que vivió con The Faction en 1984, en una gira por el Medio Oeste estadounidense. “Por mis rasgos y por tocar punkrock y tener el pelo de colores era adicionalmente discriminado”, recuerda

Es un referente. Influenció el movimiento del skateboarding y el punk rock melódico de principio de los ’80. Sus trucos, el Caballerial que lo catapultó a la fama; y su música de sonido sucio, crudo, pero rítmico, fueron parte de la base del estilo californiano que en los ’90 continuaron bandas como NOFX, Millencolin o Pennywise.

Ahora, con 51 años y cientos de historias, Stevie está por primera vez en Chile y aunque no bebe, confiesa: “Me gustaría probar el vino… El vino tinto”.

Comenzó a patinar desde los 12 años y ya a los 14 fue contratado por la marca Powell Peralta, con quienes lanzó su primera tabla. De esos momentos tiene los mejores recuerdos: “Yo simplemente era un amante del skate. Veía los trucos en las revistas y trataba de aprenderlos. Había muchas competencias para  amateurs y ahí lo hacía bien, siempre en los primeros lugares”.

En el ’76 era muy difícil desarrollar una carrera profesional de este deporte y Steve, casi como un juego, terminó transformando su pasión en su trabajo. Ahora, con el paso de los años, sigue viviendo de esto a su manera. “Lo hago porque me gusta, porque en mi mente está la idea de hacer trucos, de viajar, de no hacer nada más”.

El consejo que Steve entrega es simple: “No se preocupen por el dinero y cosas así, sino que por disfrutarlo, por lo que sienten cuando aprenden nuevos trucos. Un auténtico skater sólo debe disfrutar de esto, todo lo demás llega sólo”.

Durante toda la entrevista Steve se mostró relajado, pero se sobresalta ante la última pregunta: Con 51 años ¿Hasta cuándo piensa seguir? “No lo sé. Pensaba que cuando cumpliera 35 lo iba a hacer, luego a los 40 y ahora, con 51 aún no sé si lo haga. Mientras tenga la habilidad siga viva la pasión seguiré patinando”, remata con una sonrisa.

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