La manipulación urbana de Hernán Gana se toma la Galería Animal
El artista chileno inaugura mañana la muestra Sociedad Anónima, en la cual presenta dos imágenes de las Torres de Tajamar intervenidas con óleos, acrílicos y en forma digital.

Un juego de imaginación, manipulación visual, apariciones y desapariciones. De eso trata la muestra que mañana a las 19.30 horas inaugura en la Galería Animal el artista chileno, y arquitecto de profesión, Hernán Gana (1969).
El autor inició su obra titulada Sociedad Anónima a partir de dos imágenes tomadas a las Torre de Tajamar, en Santiago, donde cada una de las ventanas de la construcción sirven como puertas de entrada a un ejercicio de apreciación urbana donde lo que importa al autor es la idea del "edicicio como contenedor de habitantes". Una perspectiva que difiere de su anterior trabajo, realizado hace dos años, donde al autor se concentraba en la pérdida de terreno de la naturaleza a manos del desarrollo urbano.
"Mi discurso antes era la evolución urbanística sin control. Ahora borro el arquitecto y me transformo en habitante. Es un juego de observación del habitar y un ejercicio de pintura. Tiene que ver también con el voyeur, pero no me meto más adentro de la terraza. Sólo hay gestos muy sutiles de los interiores", afirma.
Para el desarrollo de sus obras, Gana utiliza óleo y acrílico sobre tela junto a imágenes digitales intervenidas con óleo y resina sobre madera, con las cuales va manipulando los colores y las estructuras de estas dos imágenes, las cuales van por lo tanto variando su cáscara en pos de una cierta intencionalidad buscada por el artista.
"Este edificio y su arquitectura es una buena excusa para este simple acto que es mirar y desglosar la vida de sus habitantes. Uso las fachadas como excusa para hacer un ejercicio de pintura. Técnicamente trabajo con la proyección de la foto la cual octogonalicé con photoshop, es decir, quedó todo en un ángulo recto evitando la foto arquitectónica. Por eso digo que no pinto arquitectura sino que pinto contenedores de habitantes", comenta.
Pese a que su interés está en el sentido urbanístico de las edificaciones en las grandes ciudades, Gana interviene de igual forma estas imágenes con un sentido lúdico: dar la sensación de espionaje, de querer saber quien habita tras aquellas ventanas, cortinas, balcones y murallas, dando forma imaginaria a personajes que proyectan la vida cotidiana de los habitantes reales de la ciudad, que en definitiva somos todos.
"En el primer cuadro no intervengo las fachadas, pero después comienzo a inventarles vidas a los habitantes e inventar decoraciones para esa gente inventada. Sutilmente, a través de las terrazas, se puede observar cómo se habita y, a partir de eso, jugar con quién posiblemente vive ahí", finaliza.
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