Histórico

La obsesión gráfica de Fellini se exhibe en Italia

<p>La exposición presenta los dibujos, muchos de ellos inéditos, que el director de Amarcord realízó en papeles sin mayor importancia durante 20 años.</p>

"Para mí es casi inconsciente, un involuntario arañar, extenderme en apuntes caricaturescos, hacer monigotes inagotables que me miran desde todas las esquinas de la hoja, esbozar automáticamente anatomías femeninas hipersexuadas, obsesivas, caras decrépitas, de cardenales (...) toda esta gráfica de pacotilla, desbordante, inagotable, que haría las delicias de un psiquiatra".

Con estas palabras, Federico Fellini (1920-1993) intentó en más de una ocasión justificar su obsesión por convertir cada pequeño papel, por ínfimo que fuera, en potencial soporte para un boceto, donde todo su exagerado imaginario se desbordaba en viñetas improvisadas a las cuales, de vez en cuando, agregaba uno que otro diálogo, y que en más de una ocasión guardaban relación con sus cintas.

"Siempre he dibujado sobre cualquier trozo de papel que me encontraba. Es una especie de reflejo condicionado, un gesto automático, una manía que llevo conmigo desde siempre" y que pese a lo cotidiano de su naturaleza no se perdió. Ya que entre el lápiz del célebre director italiano y sus papeles rayados hubo por 20 años una mano que los rescató de cada uno de los rincones donde el realizador los dejó abandonados. Liliana Betti, la más importante colaboradora del cineasta, recopiló varios de ellos, los que ahora son parte de una muestra en el Palacio Bargnani Dandolo, en Adro, Italia que lleva por título Fellini y su musa.

La mayoría inéditos, esta exposición revela además de la obsesión ya conocida del realizador y que quedó inmortalizada en El Libro de los Sueños, una antología de las imágenes recurrentes del artista que fue realizada, a petición del propio Fellini, por el psicoanalista Ernst Bernhardt.

Sin embargo, esta muestra revela además la íntima relación de amistad y trabajo desarrollada por Fellini y Betti, quien en más de un dibujo aparece como la verdadera "musa" del cineasta. La escritora y guionista fue primero secretaria de producción y luego asistente de dirección del cineasta en películas emblemáticas como Amarcord (1974), Fellini Satyricon (1969) y Julieta de los Espíritus (1965).

Entre líneas, rayados y dibujos más acabados, escenas grotescas o chistosas, es posible ver en más de una ocasión a la mujer de imponente figura, con un cigarro en la mano y un lápiz en la otra, sola o acompañada por el famoso director de la bufanda roja.

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