Histórico

Libro descubre amor oculto entre hija de Mussolini y un activista comunista

Recién lanzado en Italia, la historia de amor se reveló gracias a cartas que permanecieron escondidas por décadas.

Un melodrama de la más rancia estirpe. Algo parecido a eso es la historia de amor entre Edda, la hija mayor de Benito Mussolini y un activista comunista, una relación que comenzó en los agitados días de la Segunda Guerra Mundial y que se mantuvo por varias décadas.

Edda Ciano y el comunista. La inconfesable pasión de la hija del Duce, es el título del libro que acaba de aparecer en Italia y que ilustra esta relación, escrita por el escritor y periodista Marcello Sorgi, ex director del diario La Stampa de Turín. La historia de amor fue llevada con la mayor discreción por sus protagonistas y Sorgi la pudo rescatar del olvido gracias a que un hijo del amante. Leonida Buongiorno, guardó toda la correspondencia de su padre con aquella mujer.

Una gran indignación le habría hecho al dictador, proclamado Duce de Italia por el Partido Fascista, si hubiera conocido el romance de su hija mayor con Buongiorno. No en vano fue Mussolini el que la dejó viuda en 1944, cuando ordenó la ejecución de su marido, el ministro de Asuntos Exteriores Galeazzo Ciano, por haber votado a favor de la destitución de Il Duce al frente del fascismo italiano.

El escarceo amoroso de Edda Ciano no llegó a sus oídos porque Mussolini había sido fusilado meses antes, el 28 de abril de 1945, por partisanos comunistas cerca del Lago de Como. Edda, que en aquel momento tenía 35 años, conoció a Leonida Buongiorno en la isla mediterránea de Lípari, donde él dirigía a los activistas comunistas y donde ella estuvo exiliada a partir de septiembre de 1945 a lo largo de nueve meses.

El primer encuentro amoroso de la pareja fue una noche de primavera en la terraza de la casa de la familia Timparozzo, denominada La Petite Malmaison, donde él la acarició las piernas, que ella consideraba, la parte más hermosa de su cuerpo. Se intensifica entonces una relación epistolar entre ambos en la que Leonida se enamora perdidamente de la hija mayor de Mussolini.

"Conocía a Ellenica. Al final de una violenta manifestación por las calles del pueblo en la que se podrían haber calmado los ánimos con pocas y simples palabras. Me pareció una golondrina herida con las alas quebradas", escribió entonces Leonida, que en otra ocasión le recitó a Edda los versos de La Odisea de Homero en los que Circe le indica a Ulises los dos caminos imposibles que puede tomar para regresar a Itaca.

Tras aquella misiva, Edda pudo regresa a Roma con su hijo, en julio de 1946, pero con el tiempo la relación se fue enfriando y, aunque ella seguía escribiéndole cartas a su enamorado, las respuestas empezaron a escasear. Leonida -Baaiardo en las cartas- había conocido a Angela, su futura esposa, pero su antiguo amor nunca se apagó. De hecho, en 1971, cuando ambos rondaban la setentena, volvieron a encontrarse furtivamente en Lípari.

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