Cuando Lorenza Izzo tenía 12 años, tenía claro lo que quería para su vida. A los 25 años iba a encabezar una oficina de abogados, tener tres hijas, estar casada con un británico y manejar un mini Cooper. Hace cuatro años, cuando llegó a Hollywood para probar suerte tras ser parte de la comedia Qué pena tu boda, de Nicolás López, sus aspiraciones habían cambiado, pero se mantenía su nivel de convicción. “Cuando llegué, pensé ‘Voy a ser la estrella de Transformers mañana’”. Hoy, a los 26 años, el modo de ver su carrera ha cambiando: “Ya me quedó claro que así no funciona el mundo y que es súper difícil. Ha sido muy bueno para mí y me ha ayudado mucho a crecer: acostumbrarme al rechazo y creer en uno como caballo de carrera”.

Izzo está sentada en al terraza de Alfred Coffee, en medio de una lujosa cuadra en Melrose, uno de sus lugares favoritos en Los Angeles, la ciudad donde está radicada desde que se casó con el director y productor Eli Roth en noviembre del año pasado. Y si bien ya no hace listas de lo que quiere lograr -“No tengo metas, esta es mi vida en este minuto y es lo que quiero hacer por ahora” asegura-, eso no implica que decidió dejar botada su carrera. “Nadie puede decir que no creo en mí misma, porque voy a seguir acá intentándolo”, dice con convicción.

Y este método parece estar siendo el más exitoso. Este año estrenó las películas Knock knock con Keanu Reeves y The green inferno, además de ser parte de la lista Ten latinos to watch de Variety latino. “No me lo creía”, dice sobre eso y comenta sobre otro logro parecido -ser presentada en la icónica revista Interview en octubre-, “Estaba en llamas”. También en ese mes unos paparazzi le pidieron fotos por primera vez, algo que generalmente le ocurría por estar acompañada de algún amigo famoso: “Mi mejor amiga, que es la Lily Collins, es profesional de esto”. Pero dice segura: “Yo creo que en Hollywood el 70 por ciento es suerte y el 30 por ciento esfuerzo, talento y contactos. Nada te garantiza nada, es impactante. Y el proceso es súper heavy. Entran 50 mil niñas a una audición y son todas igual o más lindas que tú y con mejor CV. Hace poco llegué súper cerca en la serie nueva que se llama Quantico que ahora tiene llena de carteles la ciudad. Pasé todas las etapas, pero eligieron a otra chica.

¿No le duele ver esa publicidad?

Ya me da lo mismo. Hace poco perdí una oportunidad de hacer una parte chica en una película porque tenía que promocionar Knock knock. Me la sufrí heavy y ahora ni me acuerdo del nombre de la película. Esa es otra cosa que he aprendido. Si no quedas, no debía ocurrir y tienes que superarlo.

Explica que hay otro factor importante: ha sido su primer año como mujer casada, de asentarse en Los Angeles y asimilar que se fue a vivir allá para siempre. Eso sí, viene de visita a Chile para Navidad. “Como buena chilena, soy mamona y regalona de corazón”.

En lo profesional, dice que está súper tranquila, que su equipo esconoce bien lo que hace. “Mi publicista tiene clientes súper buenos, como Christian Bale, Henry Cavill y Zac Efron-, además de sus mujeres con las que la quiere romper”. Tras decir eso, hace una pausa y exclama impactada: “¡Audicioné para Thor el viernes pasado! No sé si avance, lo dudo, pero yo audicioné para Thor. Para mi cabecita decir eso o ‘Hice una película con Keanu Reeves’, me hace ver que no estoy tan mal”.

Adiós al terror

Otra cosa importante que le ha pasado este año, período que ha estado marcado por la operación de sus dos caderas y la ha obligado a parar el ritmo es que le han llegado ofertas. “Hace un mes me llegó una súper tentadora, pero para una película de terror. Y me han llegado cuatro”, pero no las hará: “Queremos  sacarle la idea de que sólo puedo ser una terror queen”.

“Estoy en un lugar súper bueno y uno se puede mantener si se aprende a querer. En esta pega uno es muy vulnerable, así que si uno se arma una coraza y mantiene los pies en la tierra, ayuda mucho para no perderse en el ruido de lo que es Hollywood”, dice. Algo que puede pasar fácilmente: tiene un marido y amigos famosos o va al gimnasio con gente como John Krasinski, Emily Blunt - “Me hice partner de ellos”, cuenta-, Matt Damon y su señora argentina, Lucy (“¡Que la adoro!”). La actriz agrega: “Existe un desfase en el éxito profesional entre el círculo en el que me muevo y el mío: yo sigo partiendo”.

¿Qué dice su equipo?

Dicen que voy bien. Me he dado cuenta que me paso muchas películas. He renunciado a la actuación muchas veces y es súper divertido: soy demasiado dramática, por suerte soy actriz o no sé dónde iría todo esto.

¿Qué opina su marido?

Es mi fan número uno. Me ha apoyado mucho y le debo, casi, mi carrera a él. Somos un muy buen equipo, pero ahora nos vamos a separar un ratito porque no quiero ser más la reina del terror. Me encanta la comedia, yo nací con López y eso es de lo que mi equipo se está encargando ahora.