Histórico

Los 40 años de Alerce: entre la preservación de su legado y la lucha por sobrevivir

Tras donar su archivo a la Biblioteca Nacional, el sello prepara un libro y homenajes a su creador.

El material llegó en marzo y se fue directo al depósito, aunque todavía quedan algunas cajas a la vista para quienes visiten el Archivo de Música. Es sólo una muestra, pero suficiente para dimensionar su valor: masters originales de discos de Congreso, Sol y Lluvia y el uruguayo Alfredo Zitarrosa; la sesión de fotos completa para la carátula de Volumen 2 (1986) del cantautor Eduardo Peralta; pósters y afiches promocionales de desaparecidos grupos de rock como Mandrácula y Los Morton, acompañados de un vinilo de siete pulgadas de Profetas y Frenéticos y cassettes de Víctor Jara y Silvio Rodríguez.

“Esta es la otra música, ese es su valor”, asegura Cecilia Astudillo, jefa del Archivo de Música, citando el clásico slogan de Alerce, el histórico sello detrás de buena parte del cancionero nacional de la segunda mitad del siglo XX, creado por Ricardo García en 1976. Coincidiendo con sus cuarenta años de existencia, los encargados de la firma decidieron ceder todo su material de archivo a este departamento de la Biblioteca Nacional, el destino final de decenas de cajas que hasta hace algunos meses figuraban en la casa de una de las hijas de García.

“El destino de todo esto no estaba muy claro. Quizás habría quedado en nuestras casas o en la de nuestros hijos, como un recuerdo de lo que hicimos como familia, pero ahora será un patrimonio de todos”, dice Viviana Larrea, hija del fallecido discjockey -cuyo verdadero nombre era Juan Osvaldo Larrea García- y encargada desde hace veinte años de la discográfica que en los 70 rescató el catálogo de la DICAP (la Discoteca del Cantar Popular que grabó a Víctor Jara y Violeta Parra), que luego se transformó en el principal vehículo de difusión del canto nuevo y los trovadores cubanos, y que en los 90 impulsó la carrera de grupos como Los Tres, Chancho en Piedra, Manuel García y Legua York.

Si bien todo este valioso legado ya está en la Biblioteca Nacional, el próximo 14 de julio se hará una ceremonia oficial de donación, que incluirá una charla y la presentación de Inti Illimani. Esto, como parte de un ciclo de homenajes del Archivo de Música a Ricardo García, que desde el mes pasado y hasta noviembre realizará seminarios y conciertos en memoria del legendario locutor radial.

“Todo esto ha sido una gran coincidencia, porque nosotros teníamos un plan distinto”, reconoce Viviana Larrea, que en paralelo prepara el lanzamiento de un libro sobre los cuarenta años de la disquera, a cargo del periodista David Ponce. “Va a ser algo hermoso, con entrevistas, muchas fotografías y carátulas de toda nuestra historia, ligada profundamente con la historia de Chile”, cuenta.

A flote

El árbol que se tala y vuelve a crecer, el que resiste los embates de la naturaleza al sur del mundo, fue la imagen que Ricardo García escogió para bautizar su sello, cuando reeditar la música prohibida en dictadura y apoyar el canto popular era una empresa arriesgada. Cuatro décadas después, en pleno declive de la industria musical, mantener a flote a Alerce es una tarea casi tan quijotesca.

“Hemos aguantado eso y cosas mucho más dramáticas”, asegura Larrea, quien recuerda otros dos hitos puntuales que desestabilizaron en su momento a la casa discográfica: cuando una vez reestablecida la democracia muchos de sus artistas se fueron a las compañías transnacionales, y una década después, la ruptura con su solista súperventas, Silvio Rodríguez, quien acusando violación de contrato terminó unilateralmente su histórico acuerdo de distribución con el sello.

“Fue un golpe fuerte, importante económicamente. Lo lamento mucho hasta el día de hoy”, reconoce Larrea, quien junto a su hermana Mónica y Marisol González -las tres mujeres a cargo del sello actualmente- buscan nuevas formas de mantener a Alerce a flote.

Y es que a cinco años del fin de sus grabaciones propias, en paralelo al cierre de su Estudio 380 y su mudanza a un departamento en Providencia, el sello sólo edita esporádicamente álbumes de artistas que llegan con sus propios masters. Así, el foco -y los ingresos- están actualmente en otros dos frentes: llevar su catálogo a las diversas plataformas digitales -Portal Disc en Chile y The Orchard a nivel global- y publicar en vinilo algunos de sus títulos.

Esta última iniciativa ha resultado ser la más rentable, y a los 12 discos ya editados (Sexual Democracia, Congreso, entre otros) pretenden sumar títulos de Fulano e Inti Illimani.

“Alerce tiene que ir al ritmo de cómo funcionan las cosas, no podemos esperar algo distinto para nosotros. Cumplir 40 años es un hito tan definitorio que nos hace preguntarnos qué vamos a hacer ahora, aunque no nos  lo estamos planteando como un final”, dice Larrea.

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