Histórico

Luces del Costanera Center

Señor director:

Vivo en Providencia, en un edificio de baja altura. Desde mi balcón puedo ver el cerro San Cristóbal y recibir la luz del día, pues las construcciones colindantes no generan sombra ni transgreden el horizonte.

Claramente no es un sector arrebatado por el boom inmobiliario, al menos no todavía. Lo más sorprendente es que frente a mi balcón hay un árbol que tapa con sus hojas al Costanera Center, lo que me ha llevado a pensar en este lugar como un poético punto de resistencia ante la soberbia de la magnitud de tal edificio. Sin embargo, hay algo en el Costanera Center de lo cual no puedo escapar.

Cada noche, justo cuando comienza a iluminarse la Virgen del cerro San Cristóbal, la torre enciende un poderoso disparo de luces que me obligan a bajar las cortinas. Me pregunto a cuantos vecinos le pasará lo mismo. Me pregunto por la libertad con que despliega su pirotecnia el Costanera Center y me pregunto por la factibilidad de que esta carta manifieste un colectivo descontento que imagino, cada vez que llego a casa a cerrar el telón.

Cristóbal Escobar Dueñas

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