Histórico

Magos se reúnen para compartir experiencias en Santiago

El Congreso "Chile Mágico" reúne a expositores de varios países de América y Europa.

Con cartas, pañuelos y ágiles dedos, un ejército de ilusionistas ha desembarcado este fin de semana en Santiago, donde se celebra el Congreso "Chile Mágico", con infinidad de trucos capaces de arrancar una sonrisa y devolver la inocencia al espectador más incrédulo.

Cerca de veinte magos, procedentes de Estados Unidos, Francia, España, Argentina, Uruguay, Perú y Venezuela, además de Chile, se han conjurado para compartir experiencias, hasta el domingo, junto a varias decenas de artistas locales en un céntrico hotel capitalino.

Por sus salones transitan ilusionistas capaces de hacer desaparecer un cigarrillo entre sus manos, de prender fuego a una billetera sin quemar una sola brizna de cuero, de meter una llave en el cuello de una botella y, sobre todo, de hacer creer en lo imposible.

"El secreto de la magia es no crecer nunca. Recuerden siempre al niño que está dentro de su cabeza", dice con una pícara sonrisa Kevin James, un reputado mago capaz de cortar en dos a uno de sus asistentes y hacerlo levitar ante el asombro general.

James, que actúa con frecuencia en Las Vegas (EE.UU.) y es el inventor de muchos de los trucos que utiliza su compatriota David Copperfield, cree que "cualquier persona puede crear un truco nuevo" y desvela cuál es la receta.

"Es como un rompecabezas. Debes empezar desde el final para llegar al principio. Es una cuestión de ir resolviendo problemas. Cuando pienso en un nuevo truco, lo primero que hago es imaginarme qué es lo que realmente me gustaría ver sobre un escenario", explica a Efe.

Lo que a buen seguro no tiene trampa es la alegría y el buen humor que reparten estos prestidigitadores, que como Norbert Ferré, campeón mundial de magia, demuestran que se puede tener a un mismo tiempo los pies en el suelo y la cabeza en las nubes.

Nacido en Marsella, a Ferré, quien comenzó su carrera de mago en 1986, lo que más le gusta es "quizás viajar, conocer a gente simpática, tener el máximo de sorpresas..." además de afrontar el reto de que cada "espectador es diferente".

A pesar de su larga trayectoria, Ferré confiesa a Efe que "por supuesto" comete en ocasiones errores sobre el escenario. "Cuando hay uno, trato de corregirlo, y eso me permite precisamente hacerlo mejor la próxima vez".

Y si el público se da cuenta, les dedica "una pequeña sonrisa, un pequeño guiño de ojos".

Para aquellos que comienzan en el mundo del encantamiento, Ferré tiene varias recomendaciones: primero, "no dudar en ser original y creer siempre en sus sueños", y segundo, "trabajar, trabajar, trabajar, con mucho corazón y pasión en todo esto".

Añade un último consejo, el de continuar al mismo tiempo con los estudios, porque, dice Ferré, "la magia es una bella pasión que se puede convertir en oficio", pero si el truco no funciona, siempre se debe tener una "puerta de salida", que en su caso es la psicología.

Lo mismo dice su compañero Kevin James. "Que tengan algún tipo de educación empresarial, porque cuando eres mago tienes que saber como llevar un negocio. Que estudien teatro, música, todo lo que tenga que ver con las artes escénicas", aconseja.

"Y, sobre todo, y muy importante, no se lo tomen muy en serio. Preserven siempre el sentido del humor", apunta.

Tras ellos llega una nueva generación de magos, jóvenes y con talento, como el peruano Bruno Tarnecci, que a sus 25 años ya ha ganado un torneo latinoamericano y además cosechó un cuarto lugar en el campeonato mundial de la Federación Internacional de Sociedades Mágicas (FISM).

Sus principales competidores son ahora la televisión e internet, que desvelan los misterios que se esconden detrás de cada número.

"Hoy en día todos podemos saber los juegos y cómo funcionan. La diferencia ya no está en el truco, sino en cómo se presenta el juego", explica Tarnecci.

Pero además, él se ha tomado el tiempo de crear "íntegramente" toda su rutina, relata a Efe mientras muestra el truco llamado "el agua y el aceite", en el que las cartas cambian de color por arte de birlibirloque.

Detrás de este cúmulo de hechizos está Julio Ibarra del Río, el organizador de este congreso, que incluye conferencias, presentaciones, competiciones, varias galas y una pequeña feria con los elementos más utilizados en el oficio.

Una cita concebida como un acontecimiento previo al torneo latinoamericano que se celebrará en 2013 en Chile, dice Del Río, que asegura que los magos no dejan nunca de explorar nuevos caminos hacia lo inaudito.

"Siempre hay nuevos trucos por descubrir", dice a Efe. "La magia es hacer que lo imposible se haga posible". Y en Santiago, estos días todo es factible. Sólo hay que creer en ello.

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