LOS ALUMNOS del Liceo Arturo Alessandri, de la comuna de Providencia, adoptaron hace unos días la decisión de no rendir la prueba Simce que se les tomará a los alumnos de segundo medio de todo el país, el próximo 20 de noviembre. A esta medida estarían considerando  sumarse estudiantes de establecimientos de esa y otras comunas de la Región Metropolitana, como parte de una campaña denominada "Alto al Simce", iniciativa que critica este instrumento de medición por considerar que sirve para estandarizar y segregar a los colegios.

Resulta incomprensible que los mismos actores que vienen demandando mejoras a la calidad de la educación pretendan negarse a la aplicación de un test que, más allá de los perfeccionamientos técnicos que se le puedan introducir, es uno de los pocos que permite medir la calidad de la enseñanza impartida. Es precisamente esta herramienta la que realiza un diagnóstico sobre los logros de aprendizaje de los estudiantes en las diferentes materias, sobre la base de mediciones estandarizadas que hacen posible la comparación entre colegios.

Boicotear o eliminar esta prueba de medición, como algunos pretenden, dejaría a las familias sin información indispensable para decidir qué establecimientos son los más apropiados para sus hijos, y privaría a los directivos de los colegios y profesores de los antecedentes que requieren para detectar y corregir deficiencias en la gestión educativa.

Es inexplicable el silencio que hasta ahora ha mantenido frente a esta campaña la Municipalidad de Providencia, como responsable directa de la gestión del colegio Arturo Alessandri, y el tenue pronunciamiento del Ministerio de Educación, como ente responsable de la aplicación de la prueba. Las autoridades de ambas entidades deberían promover una pronta rectificación en este establecimiento y una clara señal de que no se permitirá esta omisión de facto de la examinación programada.