Nuevos talentos paquistaníes pugnan por rejuvenecer el cine de Lollywood
Lollywood, la industria del cine en Pakistán, cuyas viejas glorias resisten ancladas en un pasado de esplendor, hace décadas sucumbió a la revelación de su vecino Bollywood.
Este fin de semana, jóvenes creadores, cineastas amateurs y estudiantes se dieron cita en Lahore, capital cultural de Pakistán, para la cuarta edición de un festival de cortometrajes organizado en la Universidad LUMS, un centro privado al que algunos consideran la "Harvard" paquistaní.
Bajo el título "Made in Pakistan", la cinta estrella fue un documental sobre la vida de cuatro paquistaníes: un abogado, una periodista, un político y la relaciones públicas de un diseñador durante los meses convulsos que precedieron y sucedieron al asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto y las elecciones legislativas de 2008. "Hay muchos estereotipos sobre Pakistán, pero este país es más diverso. Es importante que haya películas de entretenimiento, documentales, que sirvan de plataforma para transmitir este mensaje", dijo el director del corto, Nasir Khan.
En el festival, se presentaron obras que denotan un estilo más fresco, que se vale de modernas influencias del cine occidental, domina mejor los aspectos técnicos y se desliga del clásico melodrama de Lollywood.
Para el joven cineasta Omar Khan, autor de una innovadora película de terror paquistaní ("Hell's Ground", 2007), es la única opción si la industria del cine paquistaní quiere florecer.
"La juventud actual odia Lollywood, no lo consume, se ríen de él. Entró en declive desde el día en que se comercializaron las cintas de vídeo. Hasta la década de 1970, los filmes en urdu tuvieron éxito. El problema llegó cuando vimos las primeras producciones indias", explicó Khan. "Competir con Bollywood es imposible. No puedes sostener algo que nadie quiere ver", razonó, para agregar que el objetivo debería ser ofrecer contenidos alternativos.
A varios kilómetros de la LUMS, en los estudios de cine de Lollywood, una pareja de actores pastunes se maquillan, retocan detalles de la indumentaria y ensayan su papel en una prueba de rodaje; el director da instrucciones y pronto pasan a la acción.
Un paseo por los decorados de pintura desgastada, las extensas avenidas vacías, las oficinas destartaladas con anticuados recursos y un centro de grabación, en el que apenas unos técnicos de sonido trabajan en la adaptación de música, evidencia que Lollywood hace tiempo que perdió su gloria.
"Somos todavía cerca de un millar de trabajadores, no nos falta comida y conservamos la ilusión, pero esto está muerto y te da lástima. La industria está decaída desde la década de 1980 y en la última la crisis se ha acentuado", explicó Imtiaz Rana, asistente de dirección con 40 años de carrera.
Con una sonrisa juvenil, Rana muestra fotos de aquellos momentos en que Lollywood llegó a producir hasta 50 películas al año, en las lenguas pastún, punyabí y urdu, y sus actores eran auténticas estrellas en un país con más de mil salas de cine.
En cambio, hoy se hacen en torno a una quincena de filmes, por lo general melodramas, historias de amor con mucha música, violencia y acción que ni siquiera consiguen dar el salto a los 200 cines que quedan en Pakistán, en cuyos modernos multisala se proyectan superproducciones de Bollywood y Hollywood.
"Los productores siguen en esto por amor al arte, siempre pierden dinero. Una película con buen presupuesto puede costar unos diez millones de rupias (120.000 dólares). Lo normal es que se recupere poco más de la mitad de la inversión", relató Rana, quien opina que el Gobierno debería ayudar para salvar la industria.
El futuro se presenta poco halagador en un país donde la televisión se ha desarrollado vertiginosamente en la última década y en el que se venden productos cinematográficos pirateados incluso en las tiendas especializadas.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
4.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE