Protagonista de Cantinflas detalla cómo construyó el personaje

Con imitadores y fonoaudiólogos, el español Oscar Jaenada preparó el rol de la película que ayer llegó a las salas locales.




No se le hizo nada fácil al actor catalán Oscar Jaenada meterse en los zapatos de Mario Moreno, y a su vez, en el de su icónico personaje, Cantinflas, para protagonizar la película homónima del director mexicano Sebastián del Amo. La cinta, carta de presentación de México en busca de una nominación en la categoría de película extranjera de los premios Oscar, narra los años vividos por el actor y comediante, desde su origen humilde hasta alcanzar el reconocimiento mundial y obtener el Globo de Oro en 1956,  por  La vuelta al mundo en ochenta días.

Días antes del estreno en EE.UU., el 29 de agosto -el filme llegó ayer a Chile-,  Jaenada, quien también estelarizó Noviembre (2003) y participó en Piratas del Caribe: navegando aguas misteriosas (2011), conversó con La Tercera en Miami.

Ahora lleva el pelo largo, algo de barba y los dedos llenos de anillos. Nacido en 1975 en Barcelona, el actor ya se había hecho del papel cinco años atrás, cuando una productora norteamericana se interesó en el proyecto. "Estaba en Londres cuando leí en Variety que iban a rodar Cantinflas unos tipos de Los Angeles y me fui allí a buscarla", relata. Por esos días, Jaenada estaba en un buen momento en su carrera, luego de llevarse un Goya por Camarón (2005), el biopic del mítico cantante de flamenco, pero el proyecto no prosperó.

Dos años más tarde se enteró que los mexicanos Vidal Cantu y Adolfo Franco, de Kenio Films, retomaban la propuesta. "Ya lo tuve una vez, no se dio y quise intentarlo de nuevo", comenta. La prueba consistió en replicar una escena de Cantinflas en la cinta Si yo fuera diputado (1952). Y,  una vez más, salió airoso. No obstante, deja claro que "no había fijación ninguna, simplemente el mismo interés que tengo en cualquier personaje".

Aun así, admite afinidad por el Cantinflas que recordaba desde pequeño, cuando sus padres veían las películas del mexicano. "Entonces, no entendía por qué tenía ese ápice político, ese humor tan maduro que un niño no encuentra. Luego la vida me llevó a ser actor y, como tal, te fijas y ves la grandeza de su improvisación", cuenta.

Una vez con el rol bajo el brazo, se dio cuenta que tenía trabajo por hacer: "Descubrir a Mario Moreno fue complicado, porque no sabía cómo conocerlo. Eso fue muchos días de volver a casa pateando las calles y sin encontrar la respuesta", confiesa. Hasta que conoció a Mario Moreno Ivanova, el hijo del comediante. "Me costó mucho ganarme su confianza, pero al fin me redireccionaba a quién yo quería conseguir".

Su esfuerzo e interés le valieron no sólo el apoyo, sino la aprobación de Ivanova, quien al tercer día de rodaje le pidió que le mostrara una escena. "Detallé su movimiento corporal, vi cómo le cambió la tez. Fue ahí cuando tuve la certeza de que iba bien", recuerda.

Eso sí, las críticas negativas llovieron,  ¿cómo  iba  un  español  interpretar  a Cantinflas? "Encontrar el acento y la melodía de Cantinflas es muy difícil y más aún es el no estar concentrado en eso. Es tenerlo tan adentro, que sólo puedes estar concentrado en tu mirada, en la actriz, o el actor que tienes delante y que te salga sólo el acento cantinflesco", explica. Hasta trabajó con una fonoaudióloga y un imitador.

"Hay imitadores y muy buenos, por eso contraté a uno. Con el que estuve (Celedonio Núñez), le decía 'tú no eres Cantinflas,  estás súper exagerado tío, él no era así'", reflexiona. Desde ahí, su dedicación se vio recompensada luego del pre-estreno mexicano: "La gente hasta se me disculpa, y lo hace porque no lo pueden evitar", finaliza.

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