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Sherlock Holmes no muere: vuelve en novela, serie de TV y película

A 125 años de su debut, el detective reaparece en la novela La casa de seda.<br><br>

Estaba cansado de Sherlock Holmes. Después de un poco más de cinco años de éxito con el detective, Arthur Conan Doyle decidió matarlo: en el cuento El problema final, Holmes se enfrenta a su archienemigo, el profesor Moriarty. Pelean en el borde de las cataratas de Reichenbach y ambos caen cuesta abajo. Conan Doyle ponía el punto final al personaje para dedicarse a las novelas históricas, para él mucho más importantes. No pudo. Las quejas de sus fans, acompañadas de las de sus editores e incluso de su madre, fueron tan abrumadoras que el escritor se vio obligado a revivir al detective en El sabueso de los Baskerville.

A la larga, atrapado por el espiritismo tras la muerte de su hijo, Conan Doyle se deshizo del personaje jubilándolo en el campo. Lo mandó a estudiar a las abejas. Pero Sherlock Homes no moriría. A 125 años de su primera aparición, en Estudio en escarlata, el detective del 221 B de Baker Street vive un nuevo renacimiento. A la segunda parte de la película en que lo interpreta Robert Downey Jr. (Sherlock Holmes: Juego de sombras), se suma la segunda temporada de la serie de BBC Sherlock y el lanzamiento en español de La casa de la seda, la primera secuela de la saga autorizada por la familia, a cargo de Anthony Horowitz.

Los nuevos Holmes

Horowitz llega después de una larga lista de autores para hacerse cargo del destino Holmes y su inseparable Watson. Desde el hijo de Conan Doyle, en 1954, pasando por Neil Gaiman (en Estudio en esmeralda, 2004) y Michael Chabon (La solución final, 2004) y muchos más, el agudo detective ha vuelto a la vida. Horowitz, autor infantil y guionista, tiene el permiso oficial y La casa de la seda ahora es parte de la bibliografía canónica del personaje.

Horowitz logró algo más: lo que nunca pudo Conan Doyle; mató a Holmes. En el inicio de su novela, Watson cuenta que su inseparable amigo ("la razón de mi existencia") ha fallecido de causas naturales. Años después de esa pérdida, en su última hora, Watson narra un caso desconocido que vivió con Holmes y posiblemente puede "desgarrar el tejido de la sociedad". Decide guardar el texto en un depósito que sólo podrá ser abierto 100 años después.

Ese manuscrito es La casa de seda. Corre el invierno de 1890 y mientras Holmes y Watson toman el té en Baker Street aparece Edmund Carstairs, un marchante de arte que dice estar siendo seguido por un grupo de ladrones que hace poco robaron un envío de valiosas pinturas que mandó a Estados Unidos. La pista llevará a Holmes a recorrer una complicada madeja en Londres y Boston, en donde están involucrados la mafia irlandesa, contrabandistas de opio y altas autoridades británicas.

Valorada por The Guardian y The Independent por su capacidad de traer de vuelta la voz de Conan Doyle, La casa de seda está prácticamente en las antípodas de Sherlock, la serie de la BBC creada por Steven Moffat y Mark Gatiss. Galardonada con un Premio Bafta por su primera temporada y nominada a otro por la segunda, es una actualización de los casos al presente. Watson, por ejemplo, peleó en la guerra de Afganistán.

Interpretado por Benedict Cumberbatch, el nuevo Holmes de la BBC es considerado como un sicópata por la Scotland Yard. Una crítica lo describió como asperger y al mismo tiempo brillante. En la primera temporada, Sherlock tuvo tres capítulos, con historias inspiradas de los libros Estudio en escarlata y El valle del terror. La segunda parte se estrenó el 2 de enero pasado, con un capítulo en que Holmes y Watson destapan un caso que salpica a la CIA y a grupos terroristas internacionales. Sherlock II finaliza este domingo y promete una pelea entre Holmes y Moriarty, al borde de las cataratas de Reichenbach.

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