El mundo nunca más fue igual para The Chemical Brothers. Luego de arrancar su carrera pinchando discos, manipulando tornamesas y distribuyendo sus propias grabaciones en pequeños clubes de su natal Manchester en los 90, el dúo de músicos fue uno de los pocos conjuntos que se sacudió de la etiqueta y supo fascinar a las grandes audiencias, en una juerga multicolor que también comandaron Fatboy Slim y The Prodigy. Con ellos, la electrónica lideraba festivales mano a mano con los ilustres del rock y repletaba estadios antes sólo reservados a figuras de convocatoria garantizada, tal como sucedió en Santiago en 2004, cuando ofrecieron un memorable espectáculo en San Carlos de Apoquindo, o tres años después, cuando encabezaron la edición local de Creamfields.

“Y, ¿sabes?, aún nos emociona presentarnos en lugares como Chile. Cuando empezábamos como grupo nos presentábamos en Manchester o Londres, y países como Chile se veían tan lejanos, tan distantes. Siempre tienes el anhelo de llegar ahí, por lo que, cuando ocurre, es algo parecido a un sueño y nunca te cansas de conectar con diferentes lugares”, admite Ed Simons, una de las mitades de la agrupación, al teléfono con La Tercera desde Montevideo, una de las escalas previas en el tour que precisamente los traerá de vuelta a la capital.

Los propietarios del hit Hey girl hey boy, y de algunos de los capítulos más estimulantes de la electrónica en los últimos 20 años, se presentarán mañana como número protagónico de la versión debut del festival SónarSound que se hará en Hangares Suricato del ex Aeropuerto Cerrillos (a las 00.15 horas en el escenario Heineken SonarClub). Ahí no sólo se materializará un abrazo de reencuentro luego de ocho años; los británicos llegan con un elogiado nuevo disco, Born in the echoes (2015), y una puesta en escena fabricada por el director Adam Smith, la que funciona como anzuelo para los sentidos, con luces, láseres y visuales diseñando un festín piscotrópico.

El músico sigue: “Ahora nuestras imágenes son de mejor calidad, tenemos mayor presupuesto y secuencias que realmente impactan. Por ejemplo, hemos agregado algunos videos con temáticas religiosas y eso causó mucho impacto en Brasil, donde tocamos este fin de semana, ya que es un lugar mucho más religioso que otras partes de Europa donde hemos presentado lo mismo. Pero nosotros queremos que la gente se vuelva loca, que sienta emociones con la música , y las visuales ayudan a tener esa experiencia trascendental, donde te pierdes tanto en el sonido como en los efectos tecnológicos”.

Y si el mundo nunca más fue igual para la banda que completa Tom Rowlands, su especialidad, la electrónica, tampoco. Hoy la pareja es apuntada como una institución del rubro y observan cómo el género -en sus distintas acepciones y variantes- asedia el pop planetario, estelariza los grandes festivales y ha desplazado al rock como el sonido dominante. “Yo trato de evitar ver la música como cosas que se oponen o decir que un estilo es mejor que otro. Me parece que hoy el dance es lo que logra que la gente lo pase bien, porque tiene que ver con el ritmo, los espectadores se relajan y se sueltan. Pero la electrónica no es ni será un fenómeno temporal, jamás lo ha sido”, establece Simons.

¿Por qué la electrónica se convirtió en el nuevo pop y hoy triunfa de manera masiva?

Bueno, en muchas partes suena en las radios y es parte de su cultura. Y hay artistas que son capaces de armar un show, con música que la gente disfruta y que es masiva, lo que me parece muy bien, así lo pueden disfrutar más personas. Muchas personas festejan el carisma de estas celebridades y está bien que así sea.

Muchos de estos DJs convertidos en celebridades se agrupan en la corriente conocida como EDM (Electronic dance music). ¿Tiene alguna opinión de ella?

Me parece que es sólo un nombre, porque algunos de esos sonidos musicales suenan iguales y es un poco más de lo mismo. Lo que me gusta de lo que nosotros hacemos es que tenemos variedad, carácter y un gran sentido de humanidad. Quizás algunos de ellos no poseen  suficiente imaginación, lo que hace que se repita todo. Me parece que la electrónica antigua tiene más imaginación. Quizás eso que está siendo descrito como EDM es un fenómeno pasajero, pero quién sabe.

¿Se consideran pioneros de esta era dorada del estilo?

Hemos hecho bastante música y algunos artistas actuales solían escucharnos y, de alguna manera, eso nos puede hacer sentir pioneros. Cuando vamos de viaje, mucha gente nos dice “yo solía escuchar sus discos y hoy en día soy DJ” y, bueno, espero que hayamos ayudado a las personas en su camino y que hayan podido comenzar sus propios temas

¿Es mejor para ustedes estar en un festival variado, como Glastonbury, o en otro electrónico, como Creamfields o Sónar?

Nos gustan los festivales donde se da algo multicultural. Por ejemplo, Glastonbury es más rockero, pero tiene un gran sentido de celebración. Y nuestra música se acomoda mucho más a ese sentido. Y lo que nos importa es que no sea un evento sólo lucrativo, sino que tenga un significado mayor.

Ustedes parecen cautivar a figuras que no guardan estricta relación con el dance: en su último disco están Beck o St. Vincent. ¿Cómo eligen a las voces de sus temas?

Esta vez escuchamos algunos cantantes en la radio que nos gustaron y empezamos a investigar sobre ellos. Lo principal es que nos gusten cómo cantan y que encaje con nuestro estilo, que sean divertidos. Nunca hay una fórmula especial, sólo es bueno tener una mayor variedad.

¿Nunca se ha tentado con un proyecto solista?

Quizás algún día, pero no pronto. Nos encanta trabajar juntos y lo seguimos disfrutando mucho.