Histórico

Tripulantes del vuelo simulado a Marte hablan de los 520 días de encierro

Para los seis voluntarios fueron vitales las sesiones regulares de ejercicio, la lectura y el aprender idiomas, además de los proyectos científicos que llevaban a cabo en el lugar.

Los seis voluntarios que completaron el viernes 4 de noviembre un viaje simulado a Marte en 520 dí­as, dieron hoy una conferencia de prensa, luego de completar un período de tres días de cuarentena.

Los tripulantes señalaron que para sobrellevar el año y medio encerrados en el Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú, fueron vitales las sesiones regulares de ejercicio, la lectura y el aprender idiomas, pero por sobre todo, mantenerse ocupados con los más de 100 experimentos cientí­ficos que llevaron a cabo.

Por ejemplo, durante este tiempo, el tripulante ítalo-colombiano Diego Urbina, leyó a Gabriel García Márquez: "La que más me gustó fue 'El amor en tiempos de cólera'", dijo.

En tanto, el francés Romain Charles intentó superar la ansiedad del encierro con su guitarra eléctrica, las cartas y el estudio del ruso; mientras, el chino Wang Yue optó por la caligrafía, los libros de historia y las clases de mandarín a sus compañeros de viaje. "Soy feliz, ya que he enseñado a cada uno de los cinco al menos un proverbio chino", dijo Wang en la conferencia de prensa, donde todos se mostraron alegres.

El comandante de la misión, Alexéi Sitev, comparó la odisea con "un retorno al pasado": "Para nosotros el tiempo se paró, no biológicamente, sino socialmente". "Yo querí­a participar en una aventura muy interesante y también hacer algo útil para la humanidad. Ahora me siento feliz de haber tenido éxito", concluyó.

A Alexandr Smoleevski le ayudó su pasado militar, mientras el médico de la tripulación, Sujrob Kamolov, destacó la convivencia entre personas de diferentes culturas, que se comunicaron en una mezcla de ruso e inglés que han dado en llamar "rusglés".

Con unas reservas de varias toneladas de agua y comida, los seis astronautas vivieron en condiciones similares a las de una expedición real en el interior de cinco módulos espaciales de 180 metros cuadrados y con la misma composición del aire, presión y nivel de ruido que en una nave interplanetaria.

Los seis héroes, como fueron calificados tanto la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos), como la Agencia Espacial Europea (ESA), que lanzaron este proyecto en 2004 en colaboración con EEUU y España, fueron galardonados con medallas y agasajados con regalos por su proeza.

MOMENTOS DE ESTRÉS
Los cientí­ficos dijeron que el régimen de tanto tiempo sin luz natural ni aire fresco estresó a los miembros del equipo a medida que se cansaban cada vez más de la compañí­a de los demás.

Advirtieron, sin embargo, que los retos del aislamiento fueron más fuertes en esta misión simulada que en una real, debido a que este experimento careció de la euforia y el riesgo de un verdadero vuelo espacial.

El jefe de la misión, el cosmonauta Boris Morukov, dijo que la segunda mitad de la investigación fue la más difí­cil, porque superaron los desafí­os iniciales de aprender a lidiar con equipos cientí­ficos y las jornadas se hací­an cada vez más monótonas.

Morukov dijo que a cada miembro de la tripulación se le pagarán alrededor de 100.000 dólares por participar en la misión.

El ítalo-colombiano Diego Urbina dijo que las redes sociales les ayudaron a relajarse. "Habí­a retroalimentación, como la de los niños que sueñan con ir a Marte y que te dicen muchas cosas agradables, muchas cosas acerca de sus propios sueños, y eso te da un montón de impulso para seguir adelante", afirmó.

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