Universidad Católica volvió a fallar. Sumó su vigésimo primersubcampeonato nacional. Cayó en La Florida por 1-0, ante Audax Italiano, un equipo de no pocos méritos, pero que hoy parecía víctima propiciatoria de tanta frustración cruzada. De este modo, Colo Colo se quedó con la corona sin jugar siquiera, debido al bochorno que se adueñaba del estadio Elías Fiegueroa.

Y mientras eso sucedía en Valparaíso, en el Bicentenario comenzó a jugarse un partido tenso, con los cruzados nerviosos y con escasa seguridad en la defensa, aunque con la evidente intención de ir por el triunfo.

El problema es que ya a los seis minutos se inició el tradicional vía crucis que afecta a los cruzados: en un tiro libre de Juan Cornejo, el central Sebastián Silva anotó de cabeza, aprovechando que César Fuentes se vio sobrepasado en el salto.

Desde ese instante, la visita controló mayoritariamente el balón, pero con el local siempre dispuesto a contragolpear o a enredar la salida de la UC.

En el camino, hubo de todo: algunas ocasiones para los verdes y también un penal no sancionado a favor de la UC, por mano de Juan Pablo Miño.

Esta falla, no obstante, se vería luego compensada por un error del árbitro Jorge Osorio, quien sancionó como falta una barrida de Osvaldo Bosso en la que Fernando Cordero pareció enredarse por sí mismo.

Lo malo para Mario Salas es que Mark González, uno de los jugadores más técnicos y de mejor pegada de Chile, ejecutó la sanción con una suavidad inexplicable, permitiendo el lucimiento de Nicolás Peric, quien en la ceremonia previa había aumentar en algo la probable tensión del ex CSKA Moscú.

En la reanudación, fue poco lo que mostró el equipo de Las Condes. Salas optó por excluir al opaco y amonestado Carlos Espinosa para incluir a Diego Rojas, quien fue escasa solución.

En esas circunstancias, Audax tuvo al menos una ocasión de aumentar la ventaja, pero nuevamente Osorio y sus asistentes se equivocaron, al no pitar un penal cometido por el errático Germán Lanaro ante el asedio del inquieto Felipe Mora. Para acrecentar su falla, además, el juez amonestó injustamnte al delantero audino.

Luego vendría uno de los pocos acercamientos realmente riesgosos del ataque estudiantil, cuando un centro de Stefano Magnasco cruzó el área, aunque sin éxito, luego de que González elevara tras cabecear en palomita.

Planteado así el asunto, con Audax soportando la presión con su línea de cuatro zagueros pegados en el fondo, la UC demostró que sus variantes son pocas o, quizás, se vieron reducidas ante el nerviosismo que implicaba estar luchando por la corona.

Para los floridanos, el juego les permitió comprobar que tienen argumentos para mantener un resultado estrecho. La escuadra de Jorge Pellicer pagó así uno de los problemas crónicos que ha sufrido durante los dos últimos torneos.

Sobre el final,  no obstante, una pequeña vacilación permitió que David Llanos disparara a 10 metros de Peric, pero su tiro fue mordido y permitió la intervención del carismático talquino.

El cierre, además, estuvo a la altura del fútbol chileno actual: con delincuentes disfrazados de hinchas, lanzando objetos al campo, incluidos algunos asientos. De este modo, perjudicaron al equipo que dicen querer, porque nadie podía descartar que la UC lograra un empate que prolongara el suspenso. Osorio, esta vez, no se equivocó: pitó el final, dejó a Audax en la liguilla y a la UC, en el segundo lugar. Volverán a encontrarse, el próximo miércoles.