Acuerdos en emergencia, un deber

Encuesta Casen 2017 devela baja en la pobreza

El tiempo apremia. Las familias de nuestro país no pueden esperar más. No les podemos fallar. Por eso, el llamado es a todos los sectores que con buena voluntad se sentaron a la mesa a que nos unamos y concordemos para responder, ahora, a las expectativas y urgencias de chilenas y chilenos.



No todos recuerdan tan nítidamente nuestra reciente transición a la democracia. Hay generaciones jóvenes que no la vivieron y a los mayores, el paso de la historia nos deja borrosos algunos recuerdos. Sin embargo, hay algo que la historia nunca borrará y fue la notable capacidad que como sociedad tuvimos para consensuar lo importante y, con dolor muchas veces, ceder en nuestras posiciones en favor del bien superior del país.

Hoy vivimos la mayor crisis sanitaria y social de los últimos 100 años. Un contexto que nos pone nuevamente frente a un desafío histórico, aunque de una naturaleza distinta. Al confinamiento obligatorio que han debido realizar millones de personas y al conjunto de medidas sanitarias que el Gobierno ha debido implementar para proteger la salud de los ciudadanos, debemos sumar la incertidumbre sobre la profundidad y la extensión de esta crisis que ha impactado tanto la salud como el alma de miles de familias, así como las oportunidades de prosperidad de tanta gente.

Un cuadro tan adverso y dramático en su profundidad que nos interpela a todos, actores políticos y sociales, a constituir una sola y unitaria voz frente a la pandemia. A aunar nuestras voces y esfuerzos para ganarle al Coronavirus y volver a poner de pie al país.

Con ese horizonte en mente, el Presidente Sebastián Piñera convocó a todas las fuerzas políticas a un Acuerdo Nacional para centrarse en las principales necesidades de los chilenos hoy: fortalecer la Red de Protección Social para cuidar la salud y la vida de las familias y asegurar el abastecimiento de bienes y servicios esenciales durante esta pandemia; e impulsar un robusto Plan de Reactivación de la Economía que nos permita proteger los empleos y las empresas, recuperar la capacidad de crecer, mejorar los salarios y los ingresos, e incrementar la inversión y la productividad.

Son las dos caras de una misma moneda. En una cara la protección, en la otra la reactivación. Más que abstracciones numéricas, la reactivación son ingresos, oportunidades, trabajo y dignidad para miles de familias. Reactivación y protección son las dos caras de esa misma moneda que nos motiva a ser capaces de llegar a un acuerdo que conecte ambos caminos.

Todo esto con un marco fiscal responsable que nos permita responder con sentido de urgencia a las necesidades de los chilenos hoy y hacernos cargo del Chile post pandemia que estará profundamente golpeado por la crisis social y económica.

Si bien tenemos clara conciencia que nunca ha sido fácil ponernos de acuerdo, dejando de lado las legítimas diferencias, también sabemos que cuando hemos podido trabajar unidos, hemos logrado grandes cosas como aquella exitosa transición de los años 90. Y hoy la historia nos pone nuevamente frente al tremendo y urgente desafío de concordar y alcanzar un acuerdo que nos permita ir en ayuda de aquellos más golpeados por esta crisis sanitaria y social.

Detrás de cada cifra de fallecidos, de cada dato de desempleo, hay personas, familias, almas, hay compatriotas que claman dignidad. Por ellos es que lograr un acuerdo es urgente. Valoramos el paso que ha dado gran parte de la oposición y distintos actores de la sociedad civil para dialogar y buscar consensos. Es lo que las chilenas y chilenos esperan de nosotros. Más que nunca tenemos que estar a la altura de las circunstancias. No tenemos opción, es nuestro deber con Chile.

El tiempo apremia. Las familias de nuestro país no pueden esperar más. No les podemos fallar. Por eso, el llamado es a todos los sectores que con buena voluntad se sentaron a la mesa a que nos unamos y concordemos para responder, ahora, a las expectativas y urgencias de chilenas y chilenos. De nosotros depende sortear la emergencia que requieren los acuerdos de esta nueva transición.

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