Columna de Alejandra Sepúlveda: Ser la primera



Este miércoles, Rosario Navarro Betteley se convirtió en la primera mujer en presidir la Sofofa en sus 140 años de existencia. Sin duda, está haciendo historia, abriendo nuevos caminos para liderazgos menos tradicionales en este importante gremio que reúne a más de 4.000 empresas vinculadas al sector industrial chileno.

Ser la primera candidata para presidir la Sofofa hizo de esta elección una muy particular, no solo porque no hubo otra lista que la desafiara, sino porque Navarro y sus vicepresidentes, Hasbun y Said, concitaron un amplio apoyo, una señal potente de renovación de cuadros dirigenciales en el mundo empresarial y, también, en lo simbólico, que cada vez hay menos espacios vedados para que las mujeres puedan ejercer liderazgo, incluso en uno de los ámbitos más rezagados, como es el poder económico en Chile, dando resultados.

En efecto, como en la industria las gerentas generales no abundan, para facilitar que ellas puedan ser electas consejeras de la Sofofa se les pide que ocupen un cargo de gerenta de primera línea o ser directora en la matriz de una empresa socia. Una medida de acción afirmativa aplicada por primera vez en 2015 que, tras este último proceso eleccionario, logró elegir 8 mujeres de 30 (se escogía a la mitad del consejo), sumando en total 16 mujeres de 60.

Sin lugar a duda la estrategia es correcta, ante los desafiantes procesos que vive el país y Navarro está cambiando los paradigmas tradicionales en un sector acostumbrado a los liderazgos masculinos que, en los últimos años, ha tenido que evolucionar para abrirle camino a las mujeres, a través de una norma especial transitoria en sus estatutos. Ahora, la presidenta de la Sofofa deberá procesar, articular y representar las demandas del empresariado y facilitar su rol dialogante e incidente como actor social para acordar las grandes reformas que el país requiere: pensiones, tributaria, cuidados y la constitucional.

De entrada, ya se vislumbra algo de su sello en el discurso tras su elección: “Es evidente que para avanzar necesitamos reglas claras. Pero junto con esto también requerimos de legitimidad social para poder trabajar (...) relevar el rol de la empresa como un actor social y para ello debemos construir confianzas desde dentro, con todos los actores que forman parte de nuestro entorno de negocios”.

Navarro quiere acercar el gremio a la ciudadanía y, en ese propósito, las mujeres deben ser priorizadas. El Presidente de la República ya comprometió, en su Cuenta Pública de ayer, proyectos de ley para el cierre de la brecha salarial de género, impulsar un Sistema Nacional de Cuidados, promover la conciliación de la vida laboral y personal con corresponsabilidad y ampliar el derecho a la sala cuna con los recursos que emanen de una reforma tributaria. Cada una de estas iniciativas necesitan amplio apoyo de todos los sectores de la sociedad para hacerlas realidad. ¿Cuál será la postura del gremio al respecto, cuando hablamos de temas que afectan a la gran mayoría de las trabajadoras de Chile? Un comienzo desafiante para una líder que partió este trayecto haciendo historia.

Por Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva ComunidadMujer

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