Columna de Daniela Avello y Juan Andrés García: Repensando la educación en la era de la IA
En el marco del Día Internacional de la Integridad Académica, que se celebra hoy, 16 de octubre, impulsado por del Centro Internacional de Integridad Académica (ICAI), nos surge una pregunta que ha pasado varias veces por nuestros pensamientos estos dos últimos años ¿todavía vale la pena enseñar y estudiar en estos tiempos de inteligencia artificial? Con herramientas generativas como ChatGPT de OpenAI, Copilot de Microsoft y Gemini de Google, entre otras, las formas tradicionales que veníamos utilizando en la enseñanza y aprendizaje están siendo desafiadas como nunca antes.
Las profesoras y profesores se enfrentan diariamente al reto de hacer sus clases más atractivas y relevantes, ya que la inmediatez está presente en las nuevas generaciones. No solo se trata de presentar contenidos de manera interesante, sino también de diseñar tareas y evaluaciones que fomenten el verdadero aprendizaje, sabiendo que actualmente los estudiantes tienen al alcance de un clic, respuestas generadas por inteligencia artificial, lo que hace un par de años era un escenario impensable.
Ante esta realidad, nos preguntamos: ¿están quedando obsoletos los ensayos y las actividades reflexivas escritas? ¿será momento de replantear cómo desafiamos a nuestros estudiantes para que el aprendizaje tenga sentido? Quizás sea hora de enfocarnos en desarrollar habilidades que las máquinas no pueden replicar fácilmente, como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de trabajar en equipo.
En lugar de ver a la inteligencia artificial como una amenaza, podríamos considerarla una compañera en el aula. Estas herramientas pueden liberar tiempo que antes se dedicaba a tareas repetitivas, permitiendo a docentes y estudiantes profundizar en conceptos más complejos y en la aplicación práctica del conocimiento. Además, pueden servir como plataformas para explorar nuevas ideas y fomentar la innovación.
Creemos firmemente que estudiar en la era de la inteligencia artificial sigue teniendo sentido. Pero para ello, es fundamental adaptar la educación a los tiempos que corren. Es momento de integrar la tecnología en el proceso educativo con “pillería”, aprovechando sus ventajas sin perder de vista la importancia de la interacción humana y el aprendizaje significativo.
Es una oportunidad para repensar la educación, para fomentar una integridad académica que no solo evite el fraude, sino que promueva el desarrollo integral del estudiante. La inteligencia artificial no puede sustituir la curiosidad innata de las y los estudiantes, la pasión por aprender ni el deseo de superar desafíos. Estas son cualidades humanas que, bien cultivadas, nos permitirán aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas.
Por Daniela Avello, PhD en Educación, Académica UC y Juan Andrés García, Psicólogo, Coordinador de Formación Docente en Centro de Desarrollo Docente UC, Facultad de Medicina UC.