Columna de Daniela Lagos: Irma Vep: ojo con el arte

Es difícil pensar en una serie que haya puesto uno de sus focos principales en hablar sobre el arte de hacer una serie -las motivaciones de los personajes, el desarrollo de la historia, las discusiones sobre fotografía y movimientos de cámara, los enfrentamientos en un set y los pequeños problemas diarios en una producción-, de la forma que lo hace Irma Vep.



No hay duda de que la industria del entretenimiento es en sí misma una temática con potencial de ser fascinante. El detrás de escenas de lo que pasa en una película, serie o programa puede convertirse en un punto de partida para una buena historia, y apuestas como Studio 60 on the Sunset Strip, 30 Rock y Entourage han entrado a ese mundo desde distintas perspectivas.

Pero es difícil pensar en una serie que haya puesto uno de sus focos principales en hablar sobre el arte de hacer una serie -las motivaciones de los personajes, el desarrollo de la historia, las discusiones sobre fotografía y movimientos de cámara, los enfrentamientos en un set y los pequeños problemas diarios en una producción-, de la forma que lo hace Irma Vep.

Estrenada por HBO (con capítulos semanales que llegan luego a HBO Max), Irma Vep es una producción del director francés Oliver Assayas, quien a mediados de los 90 ya había explorado esta historia, con una película del mismo nombre que estrenó en Cannes. Ahora, buscando profundizar más en la trama y los personajes, la revivió en ocho episodios, con Alicia Vikander (Ex Machina, La chica danesa) en el rol principal.

Vikander interpreta a Mira, una exitosa actriz de Hollywood que luego de una desilusión amorosa y de hacer varios roles exitosos y poco desafiantes, acepta actuar en una pequeña serie de corte más artístico, con un reputado director francés.

Se trata del remake de Les vampires, serie de películas de los años 30 que se convirtió en un gran éxito y en influencia y referente de muchos. Los avances y retrocesos de la producción, los problemas personales de sus involucrados, la difícil personalidad del director y cómo el personaje va apoderándose de Mira son algunos de los hilos que se van desarrollando a través de los episodios.

La actriz es uno de los puntos altos de una serie que tiene muchos, y que si bien pasa mucho tiempo reflexionando y mostrando el arte de hacer una producción, no es una producción que se sienta elitista o estirada. El humor, a veces negro y otras absurdo, es el motor principal del desarrollo de la historia y de los diálogos, con personajes llenos de fallas y matices.

Es una serie con buen ritmo que invita al espectador a sumergirse en este mundo por unas horas. A analizar junto a los personajes, qué es lo que se busca al crear. A maravillarse con el arte y también reírse de él. A conectar con personajes creíbles y queribles, que mueven una interesante historia.

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