Opinión

Columna de Martina Yopo: La crisis de la maternidad

Algo está pasando con la maternidad en Chile. Tendencias sociodemográficas recientes indican que en el país cada vez están naciendo menos niños y hay menos mujeres que quieren ser madres. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas muestran un importante declive en la tasa global de fecundidad (TGF), entendida como el número promedio de hijos por mujer en edad fértil, la que ha descendido de 5,4 niños en promedio por mujer en 1960 a 1,4 en 2019, y se encuentra hoy muy por debajo de la tasa de reemplazo de la población. Junto con lo anterior, ha habido un aumento importante en el porcentaje de mujeres que termina su vida fértil sin hijos y un estudio reciente del Instituto Nacional de la Juventud revela que hoy un 45% de mujeres jóvenes entre 15 y 29 años declara no querer tener hijos.

¿Cómo entender estas transformaciones en torno a la maternidad? La mayoría de las explicaciones apuntan a avances sustantivos en equidad de género y autonomía reproductiva caracterizados por una mayor participación de las mujeres en el sistema de educación superior y en el mercado laboral, así como también una mayor legitimidad del control de la fertilidad y un mejor acceso a métodos anticonceptivos. El no tener hijos y el tener menos hijos sería un indicador de la mayor libertad de las mujeres para elegir sus roles sociales y proyectos biográficos. Sin embargo, lo que estas explicaciones dejan de lado son las múltiples dificultades que hoy las mujeres enfrentan para convertirse en madres y criar a sus hijos.

La maternidad es hoy una experiencia caracterizada por altos niveles de agobio y malestar. Las mujeres que quieren ser madres y no tienen hijos viven a menudo conflictuadas por las dificultades para cumplir con las expectativas que la sociedad exige para tener hijos como tener una pareja, un lugar seguro donde vivir, un empleo estable y autonomía económica. Además, muchas de ellas viven tensionadas por la presión del reloj biológico, los riesgos de la infertilidad y las limitaciones para acceder a alternativas reproductivas como la adopción y las técnicas de reproducción asistida. Las mujeres que son madres y tienen hijos viven con frecuencia agobiadas por la falta de tiempo en la vida cotidiana, las dificultades para compatibilizar la vida laboral y familiar, la persistente feminización del cuidado, y las crecientemente demandas de tiempo, energía y dinero involucradas en la crianza de los hijos.

Sin embargo, a pesar del agobio y el malestar, para muchas mujeres la maternidad sigue siendo una importante fuente de satisfacción y realización personal, además de un importante soporte en la construcción de lazos colectivos y vida comunitaria. ¿Cómo enfrentar entonces la crisis de la maternidad? Respetando y promoviendo el derecho de todas las personas a no tener hijos, pero también a tener hijos y criarlos en ambientes sanos y seguros. Esto implica garantizar el acceso oportuno a anticonceptivos, la prevención de la natalidad, y la interrupción del embarazo, pero también garantizar las condiciones sociales que hagan la maternidad posible, como salas cunas y jardines infantiles, educación y salud de calidad, salarios justos, viviendas asequibles, y entornos seguros. Avanzar en esta dirección es fundamental para consolidar el respeto por los derechos reproductivos y la justicia social en el país.

Por Martina Yopo, académica de la Escuela de Sociología y directora del Observatorio de Desigualdades, Universidad Diego Portales

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