Columna de Michèle Labbé : “Nulo compromiso con la seguridad”

FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

"Este proyecto de ley no le quita la responsabilidad a cualquier uniformado que hace uso de su arma de servicio, sólo que al partir de una presunción de inocencia - la misma de la que gozamos los civiles -, se debe demostrar el delito antes de decretar medidas legales; el presidente decide desnudar sus preferencias, las mismas que mostró en su actuar como diputado, rechazando TODAS las iniciativas en torno a leyes de seguridad que aumentaban las penas a delincuentes y protegían a carabineros."



Malas noticias, para aquellos que han escuchado y confiado en los dulces cantos de sirena del presidente Boric, quien en las últimas semanas, haciendo uso de su envidiable y eficaz capacidad de retórica, ha comunicado a los chilenos su total compromiso con la seguridad, y con quienes están a cargo de ella; llegando incluso a hablar de reflexión en torno a sus pensamientos y acciones previas.

Pero los cantos de sirena no son más que eso, bellos cantos, agradables a los oídos, cuyo objetivo es seducir a quienes los escuchan, llevándolos a la perdición a través de falsas promesas o incitaciones ilusorias.

Y eso es lo que delataron las acciones del presidente en el día de votación de la Ley Naín-Retamal en el Senado.

Apoyando implícitamente las declaraciones de su ministra de interior y de su ministra vocera, respecto del proyecto de Ley Naín-Retamal, quienes se refirieron a dicha ley como “gatillo fácil” al declarar: “estamos hablando de una ley que permite el gatillo fácil por parte de Carabineros,…” (Ministra Carolina Tohá) y “No queremos gatillo fácil, porque después lo vamos a lamentar” (ministra Camila Vallejos), el presidente salió a criticar la Ley Naín-Retamal, que incrementa las penas a los que cometen delitos contra uniformados, ya sea Carabineros, PDI o Gendarmería (Ley Naín) y entrega mayor protección a los uniformados en el actuar policial, incluyendo el establecimiento de la legítima defensa propia, que en la práctica implica que la justicia partiría del principio de que un funcionario policial actuó en legítima defensa al momento de utilizar su arma de servicio y se deberá demostrar lo contrario para que el policía sea castigado (Ley Retamal); y olvidando que este proyecto de ley no le quita la responsabilidad a cualquier uniformado que hace uso de su arma de servicio, sólo que al partir de una presunción de inocencia - la misma de la que gozamos los civiles -, se debe demostrar el delito antes de decretar medidas legales; el presidente decide desnudar sus preferencias, las mismas que mostró en su actuar como diputado, rechazando TODAS las iniciativas en torno a leyes de seguridad que aumentaban las penas a delincuentes y protegían a carabineros.

En efecto, el día de la votación en el senado, el presidente, hace un llamado público a “que legislemos con un alto sentido de responsabilidad…” insinuando que los que voten a favor de la ley N-R son irresponsables, cuando en realidad los deberes, así como los delitos especificados en la actual ley y en la ley Naín Retamal son los mismas, lo que cambia es la presunción de inocencia de los uniformados, así como declarando que legislar “ad portas de procesos eleccionarios nos puede llevar al nublamiento del juicio y a dejar de escuchar las razones.”, insinuando que el congreso, diputados y senadores, han votado con el juicio nublado y desoyendo al raciocinio, al votar favorablemente esta ley, llamándolos a leer una carta de abogados de extrema izquierda, que justifica la violencia para el logro de los objetivos políticos están en contra de esta ley.

Pero esto no debería sorprendernos, nuestro presidente cantaba alegremente “como quisiéramos mear en un casco militar” cuando era diputado, agradeció los actos de vandalismo y saqueos, llamó a derrocar al presidente en ejercicio, y siempre ha justificado la violencia como medio para lograr sus fines políticos. Sus frases rimbombantes, de que actuarían como perros con la delincuencia, de que apoyaban el actuar de carabineros, y toda su chachara posterior, no eran más que cantos de sirenas que buscaban engañar a los chilenos que buscamos llegar sanos y salvos a nuestras casas.

El presidente no ha cambiado, no nos dejemos engañar.

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