
Cómo formar deportistas de excelencia mundial

Finalizada la etapa de la llamada “generación dorada” en el fútbol - una alineación espontánea de astros que no es fácil que se repita - debiera venir un análisis serio de qué hay que hacer para lograr formar jugadores de excelencia y no esperar una conjunción astral como tuvimos la suerte de tener. Trataré de dar un par de ideas que podrían ayudar a evitarle nuevas frustraciones a tantas personas para las que el fútbol y otros deportes son su terapia y mejor entretención,
1.- Crear colegios deportivos con capacidad para unos 300 a 400 alumnos, dependientes de algunos clubes que cuenten con la infraestructura necesaria e, incluso, de algunos municipios.
Este proyecto es la única forma seria de formar deportistas de élite, entre ellos futbolistas. Este tipo de deportistas debe comenzar su formación profesional a los 7 años y terminarla a los 18. Después deben ejercer su profesión, debiendo egresar con el título de entrenadores en sus deportes.
En el caso de los futbolistas, el modelo, probadamente exitoso, del club Ajax de Holanda consiste en formar a 18 potenciales futbolistas de excepción por cada curso, desde 3º básico a 4º medio (180 alumnos en total) – durante 10 años – en una modalidad full time, manteniendo sus clases de educación básica y media, pero privilegiando el deporte, con profesores e instalaciones de primer nivel, en una jornada de 7 a 17 hrs., con competencias los días sábado, intercalando ambos tipos de formaciones.
Como en cualquier profesión de élite, los alumnos deben hacer grandes sacrificios, a la espera de una gran recompensa.
Desde luego el proceso de selección de candidatos a tan tempranas edades es complejo. Pero también debe hacerse científicamente y de la mejor manera, siendo éste un factor clave para el éxito del proyecto.
En principio se puede pensar en unos 8 colegios de este tipo, que formarán, además, profesionales en otras disciplinas, como básquetbol, tenis, vóleibol, hockey, atletismo, rugby, esgrima, karate y muchas más.
La idea es que clubes y municipios concursen para administrar colegios de este tipo a cambio de una subvención por alumno otorgada por el Estado de unas 4 a 5 veces la subvención que hubiesen obtenido de asistir a otros colegios y un apoyo en la inversión en infraestructura deportiva y elementos tecnológicos requeridos para la enseñanza. Los profesionales exitosos así formados debieran comprometerse a devolver algo razonable a los colegios que los formaron.
2.- Directores deportivos nacionales
Los entrenadores de las selecciones chilenas de los deportes respectivos deben ser, a la vez, la autoridad máxima de la formación deportiva en su área en este tipo de colegios financiados por el Estado.
Esto quiere decir que un entrenador de primer nivel, como Manuel Pellegrini, tendría un trabajo de gran responsabilidad, que lo motive y le ocupe su tiempo todas las semanas y no unos pocos días al año cuando lleguen los jugadores que juegan fuera de Chile.
Un proyecto como este sí motivaría a grandes entrenadores chilenos o extranjeros, los que, a su vez, tienen las redes de contactos internacionales con los mejores clubes y centros de formación en el mundo con el objeto de promover los necesarios intercambios durante la etapa escolar.
Finalmente, este proyecto no costaría mucho más que lo que se malgasta hoy. Incluso podría ahorrar muchos gastos probadamente inútiles. Es la forma moderna de trabajar unidos entre el sector privado que administra y ejecuta y el Estado que financia, contra resultados concretos.
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