Como gallinas ciegas al son del rival

15 DE ABRIL DEL 2021. SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EN LA QUE SE VOTÓ EL PROYECTO DE TERCER RETIRO DE FONDOS PREVISIONALES. FOTO: DEDVI MISSENE

Está claro que dar respuesta a los problemas que aquejan a la gente es el fin de tener representantes en el podio, mas uno esperaría -hoy, quizás ingenuamente- que las propuestas que elaboren y las decisiones que tomen no busquen sólo saciar la sed del momento, sino abrir la llave para alcanzar soluciones que sean sostenibles en el tiempo.



Las crisis que hemos vivido el último tiempo han dejado una incertidumbre que parece haber mareado con fuerza a gran parte de nuestras autoridades. Es verdaderamente sorprendente ver cómo muchas de las decisiones que se han tomado con el supuesto fin de ayudar a la ciudadanía, han sido marcadas por el deseo ostentoso que algunos tienen de ser apreciados a cualquier costo. Así, vemos a estos personajes que nutren sus discursos de las necesidades de las personas -no siempre con las mejores intenciones y atribuyéndose una indignación casi sobreactuada-, como gallinitas ciegas que se dejan conducir por el canto de un rival muy peligroso: el populismo.

Este actuar sensacionalista con el que se han movido muchos políticos ha terminado por poner en jaque al Gobierno: si recurre al Tribunal Constitucional (TC) para impedir el tercer retiro de fondos previsionales no solo se pondrá en contra de la voluntad del 80% de la gente -incluso algunos amenazan con otro estallido social-, sino también de aquel segmento de su propia coalición que parece haber torcido sus principios. Y si no lo envía, quedará aún más de manifiesto su falta de convicción y habrá sido en vano su pasada por el TC en el segundo retiro. Además, y para concretizar lo equívoco que ha sido este actuar, cabe escarbar en otra de las alternativas que nos llevarán a un desmantelamiento del sistema de seguridad social, a la cual estaría por ceder el Ejecutivo. Mientras hoy vivimos un tsunami en relación con el gran aumento de campamentos, estamos discutiendo si se deben o no disponibilizar los fondos del Seguro de Cesantía, sin ver que, con el monto total de esta medida, podría buscarse una solución habitacional para casi la totalidad de familias que no tienen donde vivir. Y este es solo un ejemplo.

El escenario político es un caos de personalismos. Está claro que dar respuesta a los problemas que aquejan a la gente es el fin de tener representantes en el podio, mas uno esperaría -hoy, quizás ingenuamente- que las propuestas que elaboren y las decisiones que tomen no busquen sólo saciar la sed del momento, sino abrir la llave para alcanzar soluciones que sean sostenibles en el tiempo. Pareciera ser que ni siquiera los valores cuentan en esta batalla, pues este hibridismo ha llevado a que de todas partes emerjan además de malas decisiones, señales equivocadas -lo que no excluye al Ejecutivo-.

Ojalá que en este punto de inflexión que estamos viviendo podamos reconfigurar este penoso espacio de discusión pública en donde lo individual importa más que el beneficio social; en donde tener seguidores o mayor aprobación vale más que responder a la evidencia. Aún tengo fe en que Chile Vamos se sobrepondrá a esta crisis de identidad que está viviendo; en que algunas de nuestras autoridades despertarán; en que dentro de los nuevos rostros que han surgido podremos elegir a líderes con proyectos serios, capaces de ver, sentir y dirigirnos a respuestas audaces, considerando no solo lo presente, sino también el futuro, sin miedo a nada más que no sea hacerlo bien por y para todos. No hay otra alternativa.

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