Opinión

Comunismo “buena onda”

Comunismo “buena onda”

Apenas realizada la elección primaria del oficialismo comenzó la expresión de una seguidilla de opiniones que apuntan a quitar toda importancia al hecho de que la candidata ganadora sea militante del Partido Comunista, colectividad desde la que ha desarrollado toda su vida política.

Más o menos, nos dicen que da lo mismo que eso de “meter cuco” con el PC es algo de otra época, que ya no estamos en la Guerra Fría, que el mundo es otro y que ella -Jeannette Jara- sería una expresión distinta. Sus atributos blandos nos darían garantía de que su adhesión al partido de la hoz y el martillo, de Stalin y del castrismo, es solo una suerte de referencia romántica, pero ella es -cómo dudarlo- una buena persona, democrática y tolerante. Un liderazgo de centroizquierda.

Poco falta para que nos digan, como ya nos dijeron del Presidente Boric, que es heredera de Patricio Aylwin. Por cierto, a nadie se le puede ocurrir plantearse como anticomunista sin ser mirado con inquisitivos ojos escrutadores que hacen de esa definición intelectual algo equivalente a ser racista.

Nada de esto es razonable, ni menos creíble, pues militar en el Partido Comunista no es un hecho trivial, es una definición de la que es inevitable hacerse cargo, tanto por su ideario, como por su historia. En el fondo, no se puede ser comunista y ser tratado como si de ello no se derivara la necesidad de ser cuestionado por la incompatibilidad que existe entre su proyecto político, su concepción del ser humano y su ideal de sociedad, con la libertad individual, la democracia y el estado de derecho, alrededor de los cuales se organizan las sociedades occidentales.

Eso no es “ponerse grave”, no es discriminar civilmente a nadie, ni menos alentar alguna forma de violencia. Es simplemente ejercer el mismo cuestionamiento al que se somete a cualquier persona que aspira a gobernar el país. ¿Cuántas veces hemos visto que se exige a políticos católicos definir si pretenderán imponer sus convicciones al resto de la sociedad? Pregunta que, desde luego, me parece pertinente y válida; pero hace evidente la inconsistencia de sostener que preguntas semejantes no se podrían formular respecto de la adhesión a la ideología comunista.

El que opta por militar y hacer política desde el PC asume su proyecto, sus objetivos, su dialéctica y su historia. No se puede pretender que eso sería algo así como una opción personal, propia de la vida privada, ni tampoco que bastaría su calidad de representante de una coalición de varios partidos para diluir su identidad y eximirse del cuestionamiento que es consustancial a la democracia.

No existe eso que podríamos llamar una suerte de “comunismo buena onda”, ni puede obviarse el hecho de que se trata de una ideología internacional, cuyas ideas han gobernado y gobiernan actualmente en otras sociedades, con los resultados que conocemos. No basta decir “yo postulo a gobernar Chile, no otros países”. Demasiada barbarie, demasiadas mazmorras, demasiadas víctimas y regímenes totalitarios lo impiden.

Por Gonzalo Cordero, abogado

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