SEÑOR DIRECTOR:

En los últimos días conocimos que el ministro de Educación recibió a dirigentes de la Confech y algunos diputados de Apruebo Dignidad. Los dirigentes estudiantiles entregaron un petitorio con más de 80 “demandas”, entre ellas: títulos en lenguaje neutro, “concientización obligatoria” sobre el Golpe, “liberación de presos políticos de la revuelta y de la causa mapuche” y “fin a la infantilización de les estudiantes”.

Más allá de la constante caída en la irrelevancia que han tenido las federaciones de estudiantes, y sin dejar pasar que han sido lugares en donde se han cultivado lógicas tribales y antidemocráticas, sería bueno señalar que los problemas actuales del país son mucho más importantes que sus petitorios. Hoy deberían estar preocupados del terremoto educacional que existe producto de la deserción escolar, o de cómo ser un aporte a las problemáticas sociales como estudiantes universitarios. Sus demandas se enmarcan en un nicho sobreideologizado que poco tiene que ver con las preocupaciones económica, de seguridad y de estabilidad que hoy aquejan al país, o incluso, de los propios problemas educacionales.

La pregunta final es, ¿qué tan desconectados están de la realidad nacional? Al parecer, bastante.

Pablo Aldunate Allegro

Fundación para el Progreso