¡Cuarentena en la Región Metropolitana ahora!



La pandemia de coronavirus ha puesto en jaque a toda la humanidad; un virus nuevo para el ser humano, sin vacuna ni tratamiento y sin precedentes; su alta contagiosidad pone en alto riesgo de vida a poblaciones más vulnerables, como los adultos mayores o personas con enfermedades de base crónicas o inmunodeprimidos.

Las situaciones que viven China, Corea, España e Italia dejan lecciones que no parecen ser escuchadas por quienes toman decisiones en Chile. En la Usach hemos estado en permanente análisis de la situación, considerando opiniones de matemáticos como el Dr. Andrés Navas y el epidemiólogo Dr. Christian García, de la Facultad de Ciencias Médicas.

La salud pública debe ser anticipatoria, tomar medidas para prevenir que el problema haga más daño, no tomar decisiones en forma reactiva a los problemas. No se saca nada con poner el mejor hospital de traumatología debajo del precipicio para dar la mejor atención a los que allí caen, si primero no somos capaces de poner todas las medidas de prevención para evitar que hayan caídas y daños graves a la población, que ningún hospital traumatológico, por moderno que sea, logrará solucionar.

Existen diversos modelos que pueden apoyar la toma de decisiones. Los modelos no son la realidad, como el mapa tampoco es el territorio. Los modelos matemáticos para epidemias llevan más de 100 años. Se basan en ecuaciones diferenciales que funcionan como una serie de tres “tinajas”, una delante de otra, donde se acumulan “personas” y se conectan mediante el flujo de casos (emulando a la apertura de las llaves). Las tres “tinajas” consisten en personas susceptibles de ser contagiados (S), la de infectados (I) y la de recuperados o fallecidos (R). De ahí la denominación de modelos SIR. Estos flujos son dinámicos y cambian en el tiempo, debido a que, por ejemplo, al fluir personas de ser susceptibles a ser infectados, la población susceptible se reduce a medida que pasa el tiempo. Algo parecido pasa con el paso de personas infectadas a recuperadas o fallecidas (curva en forma de campana).

Estos modelos están basados en supuestos como: qué tan contagiosa es la enfermedad, cuál es contacto físico entre personas cada día, y otros de índole practico como, por ejemplo, que los datos disponibles son precisos. De ahí la importancia al evaluar estos modelos; es explicitar esos supuestos, contrastarlos con nuestro conocimiento de la realidad local (a veces distinta en cada comuna). Incluso dentro de los supuestos es posible simular distintas medidas como, por ejemplo, el diagnóstico temprano y aislamiento rápido para contrastarlo con un escenario sin esa intervención. Así, estos modelos son un insumo más para la toma de decisiones; no son la realidad, sino una abstracción de ella, que puede ayudar a la toma de decisiones para reducir los casos de Covid-19 y proteger a la población.

Se hace un imperativo ético y técnico el máximo de transparencia y oportunidad de los datos, la pesquisa activa ira mostrando la realidad. Si solo tomamos tests diagnósticos a los enfermos muy sintomáticos, solo estaremos viendo no más de un 20% de los realmente infectados y, lo más grave, estarán contagiando sin saberlo a muchos otros. Las medidas de salud pública deben tomarse con criterios epidemiológicos de protección de la población y no economicistas o de otra índole.

Tres argumentos del porqué debe ponerse en cuarentena a la RM:

1. Proteger del contagio a las comunas con población más vulnerable, que viven más hacinados.

2.  Reducir el número de contagios, aplanar la curva y evitar que al mismo tiempo se produzcan muchos casos y colapse el sistema de salud, como ha sido en España e Italia, que aislaron tardíamente a la población.

3.  Prevenir la exportación de casos al resto de las regiones.

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