Diálogos fraternos

SEÑOR DIRECTOR:
En las últimas semanas han ocurrido hechos que no colaboran con el diálogo interreligioso y con la sana y necesaria convivencia nacional, lo que ha afectado de manera especial a las comunidades judía y musulmana en nuestro país. Es por esto, que desde las universidades debemos realizar nuestros mayores esfuerzos para potenciar el encuentro y el diálogo, valorando la diversidad de religiones, creencias, ideas, principios y valores.
Es así como durante la semana tuvimos un valioso encuentro con la confraternidad judeo-musulmana de Argentina, cuyos representantes visitaron la UC. El Imán Marwan Gill, cofundador de esta confraternidad, de la comunidad musulmana Ahamadía en Argentina, es el guía espiritual de esta agrupación. El Movimiento Ahmadía del Islam, presente en más de ciento setenta países, fue fundado con el objetivo de presentar los valores islámicos morales y espirituales, estimular el diálogo interreligioso, entregando información sobre esta religión en Occidente. Esta comunidad se ha caracterizado por abogar por la paz, la tolerancia, el mutuo afecto al interior del Islam y el entendimiento entre los fieles de distintas religiones.
En caso de la comunidad judía de Argentina, nos acompañó el rabino Miguel Steuermann, también cofundador de la confraternidad y director de Radio Jai, emisora judía que ofrece información y programas de interés cultural y general, presentados por diferentes personalidades de la comunidad. Desde hace años, ambos líderes religiosos participan de manera conjunta en programas semanales en la radio, en el cual analizan temas de interés de la ciudadanía. Junto al rabino, tuvimos la presencia de representantes de la comunidad judía nacional, lo que enriqueció el diálogo.
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Nuestro país es miembro de la Red Interreligiosa de Educación para la Paz, de Religions for Peace, y fundador del consejo asesor Interreligioso de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR). Estos organismos debieran ser una plataforma activa de trabajo para fomentar el diálogo interreligioso, con respeto, altura de miras y valoración de su importancia en el desarrollo de nuestra comunidad. Sin embargo, lo principal es tener la disposición personal de respetar y valorar la fe y creencias de todos los integrantes de nuestro país, lo que enriquece lo más trascendente de la persona y la sana convivencia de la comunidad nacional.
Ignacio Sánchez D.
Rector, Pontificia Universidad Católica de Chile
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