El dólar ha comenzado un mercado bajista de largo plazo
El dólar estadounidense se ha depreciado aproximadamente un 15% desde su máximo en septiembre de 2022. Creemos que el mercado bajista en el que se encuentra la moneda continuará por tres razones.
En primer lugar, es probable que el presidente Trump siga presionando a sus socios para que cedan en los acuerdos, evocando dificultades económicas. Pensamos que la probabilidad de nuevas malas noticias que generen volatilidad sigue siendo mayor de lo que muchos participantes del mercado esperan.
En segundo lugar, las elevadas tensiones fiscales podrían traducirse en una menor demanda de deuda pública estadounidense, incluso si solo existen un número limitado de activos refugio alternativos. La prolongación de los grandes déficits públicos junto con la elevada y creciente carga de las tasas de interés presionan a la Reserva Federal (Fed) para que baje las tasas de interés, lo que reduce la ventaja que aún ofrece el dólar estadounidense.
Por último, la estructura del déficit presupuestario y déficit comercial combinados facilita el debilitamiento del dólar cuando las entradas de inversión no compensan las salidas estructurales. Dado que es probable que los inversionistas se abstengan de invertir en activos estadounidenses, en particular en deuda pública estadounidense, la reducción de las entradas provocará una depreciación continua del dólar.
En paralelo, los inversionistas siguen debatiendo el carácter de refugio seguro del dólar. La moneda tiende a debilitarse cuando Estados Unidos genera aversión al riesgo, y a pesar de los recientes acuerdos tarifarios con la Unión Europea y otros socios comerciales importantes, no es posible determinar con certidumbre si los eventos que generan incertidumbre han terminado o no. Creemos que, para socavar este carácter de refugio seguro, deben implementarse políticas adicionales que amenacen sus características clave. Más precisamente, políticas que provoquen el deterioro institucional y afecten los derechos de propiedad.
El oro emerge como el gran ganador del ambiente actual. Actualmente, se encuentra en una fase de consolidación, ya que el mercado no percibe un detonante inminente que reanude el reciente repunte. Las tensiones comerciales han disminuido, y ni la incertidumbre en torno al final del período de gracia de 90 días, ni las renovadas amenazas y aranceles del presidente Trump parecen ser demasiado inquietantes para los mercados financieros. Esto se debe a que la economía ha demostrado ser muy resiliente hasta la fecha, y que el mercado ha aprendido a asumir que el arribo de fechas es solamente la postergación de tiempos límites.
Tras unos meses de fuertes entradas de capital, las tenencias de productos de oro con respaldo físico se han mantenido estables desde principios de mes. Las compras de los bancos centrales siguen siendo sólidas, pero no tan intensas como a principios de año. Si bien coincide con la disminución de las tensiones comerciales, nuestro equipo ve esta pausa principalmente como resultado del repunte pronunciado y pronunciado, considerando la evidencia pasada de sensibilidad de precios a corto plazo.
Esperamos que las compras de oro por parte de los bancos centrales se reanuden a medida que persiste el mundo multipolar y, con ello, el deseo de los bancos centrales de depender menos del dólar estadounidense como moneda de reserva y, en un caso extremo, ser menos susceptibles a las sanciones estadounidenses. La preocupación por la fortaleza y el estatus del dólar estadounidense podría ser un factor adicional para la diversificación de las reservas de divisas de los bancos centrales.
*El autor de la columna es el estratega global de inversiones de Julius Baer
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