
El fenómeno Jara
Desde que lanzó su candidatura y hasta pocos días después de ganar holgadamente la primaria, el crecimiento de Jeannette Jara en las encuestas fue rápido y sostenido. Esa dinámica le valió el apodo de “fenómeno” y catapultó todo tipo de análisis, especulaciones y temores en redacciones y pasillos. En las últimas semanas, sin embargo, esa curva se ha tendido a aplanar y ahora la pregunta dominante es si a la “Jaraneta” se le acabó la bencina.
La verdad es que es temprano para aventurar tesis sobre si lo de Jara es un fenómeno de potencial mayoritario o si, por el contrario, su dinámica de crecimiento será más bien acotada y fugaz. Ni su talento ni su apetito están puestos en duda y ambos le han permitido sortear buena parte de los obstáculos que en un principio apalancaban las apuestas en su contra y navegar con relativa solvencia en su etapa de instalación.
Los datos disponibles apuntan a que la candidata única del oficialismo no ha hecho hasta ahora nada más (ni nada menos) que copar con celeridad ese irreductible tercio de la opinión pública que ha acompañado al gobierno contra viento y marea. Es decir, Jeannette ha sido muy eficaz y creíble en ocupar en propiedad su condición de candidata oficial y esto ha sido suficiente para ofrecer una imagen de solvencia con miras a la primera vuelta y producir, consecuentemente, un clima de entendimiento en el oficialismo
La pregunta que se instala ahora es si esta suficiencia, sumada a sus innegables condiciones, le alcanzarán para ser realmente competitiva en segunda vuelta o, dicho de otra forma, si ese tercio del electorado que ha respaldado Boric de forma bastante estable es un piso o un techo.
El fiel tercio de izquierda se ha comportado de forma disciplinada y compacta en las últimas elecciones: concurrió a votar en la primaria Boric-Jadue; respaldó mayoritariamente a Boric en la 1ª vuelta del 2021 (26%); aprobó la primera propuesta constitucional en el plebiscito de salida (38%) y volvió a participar de la primaria oficialista del año en curso. Y en lo que toca a las encuestas, se ha mantenido firme junto al Presidente durante su mandato y manifiesta la intención unívoca de votar por Jara ahora.
Ahora bien, cuando la pregunta se ha vuelto binaria, la experiencia muestra que el paso del tercio a la mitad no está asegurado. El ejemplo más doloroso, masivo y reciente es el 38% del Apruebo y el más auspicioso es el 55% de Boric en segunda vuelta frente a Kast. Esa es la brecha que hoy mira Jara como desafío y es la gran duda frente a la elección de fin de año.
Las primeras vueltas dependen de cuán sólida es la base de apoyo de un candidato (su piso) y en eso Jara muestra ser la más robusta. Pero las segundas vuelas se tratan más de cuán bajo es el techo y ahí tanto Jara como Kast son aún una incógnita. Kast ha perdido ya dos elecciones binarias (el plebiscito de salida del segundo proceso constituyente y la segunda vuelta contra Boric), mirar cuál fue la pregunta que dominó esas elecciones puede ser la clave que le permita a Jara consolidarse como fenómeno.
Por Camilo Feres, Director de Asuntos Sociales y Políticos de Azerta
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
“Gritos, insultos, silencios duros, cuando ya no hay paz para tus hijos”, “toqué fondo, me enfermé”: Marité Matus culpa a Camilo Huerta del quiebre matrimonial
Lo más leído
2.
3.
Contenidos exclusivos y descuentos especiales
Digital + LT Beneficios$1990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE