Estamos perdiendo, y mucho

SEÑOR DIRECTOR
No cabe duda que las demandas estudiantiles, en su momento, movieron al país completo por una gran y noble causa: la calidad de la educación. Sin embargo hoy, cuando uno se encuentra con noticias como: "queman histórico estandarte del Instituto Nacional" o "encapuchados prenden fuego a profesores", comienza a preguntarse qué está pasando, qué hicimos mal y por qué tanta violencia.
Como egresado del IN, no pude sino sentir desilusión, tristeza y gran preocupación. Si bien algunos podrán decir que solo se trata de un pedazo de tela, o de personas que pudieren representar la opresión y un modelo podrido (como he escuchado de varios estudiantes), para otros tantos -entre los que me incluyo- lo representan todo: esfuerzo, trabajo, sudor, lágrimas, orgullo y felicidad. Todo ello ampliado y multiplicado si consideramos que, como en mi caso y en el de la gran mayoría, es gracias a esa educación, a esas personas, y a esos principios que logré ser primera generación universitaria en mi familia.
Hoy, la violencia reina. ¿Es esto lo que buscábamos cuando decidimos alzar la voz y plantear propuestas de cambio? En las movilizaciones de 2006, 2008 y 2011, ¿esto queríamos lograr? ¿Es este un resultado esperado e inevitable? No, absolutamente no.
Debemos comenzar a ocuparnos. De lo contrario, ideas como el cierre de colegios y la criminalización de estudiantes seguirán tomando fuerza.
Fernando Pinto Nercelles
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