La primera piedra
SEÑOR DIRECTOR:
Salvo aquellos pocos parlamentarios que en su momento se postularon al cargo como independientes, la gran mayoría ingresó a la “carrera parlamentaria” cuando logró, por medio de pitutos, telefonazos o amistades varias, que su partido lo designara como candidato. Ahora se yerguen como acusadores constitucionales de aquellos que aplicaron la misma táctica en la Corte Suprema.
El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Mario Waissbluth