Menos armas, más seguridad para las mujeres

SEÑOR DIRECTOR:
Los hechos de violencia ocurridos en estas semanas visibilizan una realidad ineludible: las armas de fuego son el principal medio para perpetrar homicidios, representando el 52,3% del método utilizado en las muertes violentas del año 2023.
La violencia armada está íntimamente relacionada con normas y mandatos de género. En Chile, el 93% de las armas inscritas activas pertenecen a hombres. El impacto de las armas de fuego en la violencia de género es significativo y multifacético, afectando de forma diferenciada a mujeres y otros grupos en situación de vulnerabilidad. La existencia de un arma en el hogar aumenta el riesgo de homicidio, femicidio y suicidio. Además, se emplean para amenazar, coaccionar y ejercer control en situaciones de violencia doméstica y de pareja. Según el Informe del Circuito Intersectorial de Femicidios, en 2022 se utilizaron armas de fuego en el 11,6% de los femicidios consumados. A partir del registro que elabora la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, se observa que esta cifra aumentó a 19% en 2023.
Existe la oportunidad de enmendar el rumbo de las políticas de seguridad y reemplazar un enfoque punitivo de alto costo y escasa efectividad, por un enfoque preventivo que incorpore la perspectiva de género. Resulta urgente fortalecer la protección de mujeres y niñas frente a la violencia armada en el ámbito doméstico o familiar, y prohibir el porte de armas de fuego a denunciados e imputados en causas de violencia intrafamiliar o de género es una medida imprescindible de adoptar por el Congreso.
Mariela Infante Erazo
Corporación Humanas
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