Nuevo orden

Coronavirus golpea a los fondos de pensiones


Por Rolf Lüders, economista

Chile es un país muy pequeño y por ello dependiente para su desarrollo de las condiciones socio-políticas y económicas del exterior. No obstante, golpeados por el estallido social y la pandemia -eventos coyunturales- actuamos como si estuviésemos absolutamente aislados de los cambios que, cada vez más vertiginosos, se están produciendo en el mundo. Es más, estas transformaciones están afectando crecientemente la gobernabilidad de los diferentes países, incluyendo por cierto al nuestro.

Después de la Segunda Guerra Mundial, desde el punto de vista económico, pareció necesario tener un ambicioso programa internacional de reconstrucción y desarrollo, que eventualmente se basó en economías de mercado abiertas al comercio internacional y en la acción de un importante conjunto de organismos de coordinación y ayuda internacional. En la práctica fueron los EE.UU. el garante de ese orden.

El resultado fue un proceso de globalización económico y financiero con resultados espectaculares. La tasa de crecimiento económico global se aceleró significativamente y miles de millones de personas dejaron de ser pobres. Emergieron nuevas potencias económicas, destacando entre ellas China, y junto con ello se ha minado de facto la hegemonía de los EE.UU. y su rol ordenador a nivel internacional.

Como solía decir Milton Friedman, no hay almuerzo gratis. En los países más desarrollados el mencionado progreso vino de la mano con un significativo aumento de la fracción de ciudadanos pasivos en la población total, y con cambios tecnológicos que están acelerando el reemplazo de mano de obra por otros medios. A los fenómenos anteriores hay que agregar el cambio climático y la proliferación nuclear.

Para muestra un botón. El cambio tecnológico y demográfico probablemente será fenomenal y los ciudadanos lo intuyen, por lo que se sienten amenazados por la pérdida de sus empleos y temen que, una vez jubilados, podrían recibir pensiones miserables. Los mayores de 65 años, que constituyen, en promedio, el 16 por ciento de la ciudanía en India, China, EE.UU. y Japón, aumentarían en estos últimos países a un 25 por ciento en 2050 (Shultz y Timbie, 2020). Es decir, una fuerza de trabajo relativamente menor tendrá que financiar pensiones a un número de pensionados comparativamente mucho mayor.

La solución a estos problemas se encuentra, entre otros, en aumentos de la productividad (y por lo tanto en más cambio tecnológico y en una mucho mejor calidad de la educación, sobre todo escolar), en mayores flujos migratorios seleccionados (para aumentar relativamente la población activa en los países más desarrollados), y en un nuevo orden internacional que, reflejando los cambios de poder de las naciones, sea funcional a la solución de los problemas que está enfrentando la humanidad.

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