SEÑOR DIRECTOR:

El domingo, con un resultado contundente en favor del Rechazo, los chilenos hablamos fuerte y claro. El partido no se jugaba únicamente en las calles: en las urnas primó la razón y la sensatez, por sobre la soberbia, la división y el odio.

Ahora bien, es importante detenerse un minuto. El triunfo no fue solo una derrota para la Convención y la mala propuesta refundacional que presentaron al país, sino para el proyecto político de la izquierda chilena y otros países latinoamericanos. Ese proyecto que endiosa al Estado, ahoga la iniciativa privada, desprecia los símbolos patrios y pretende refundar nuestro país.

Si el programa de gobierno de Gabriel Boric sigue como está, no podrá desplegarse durante los próximos meses, tal como algunos funcionarios oficialistas y ministros lo han reconocido. No se trata de quitar legitimidad al Presidente que fue democráticamente electo, pero sí de exigirle que cambie el rumbo de un proyecto que ha sido despreciado incluso por quienes hace algunos meses lo validaban. Asimismo, es preciso que el gobierno se concentre en las prioridades de la sociedad, que lleva esperando mucho tiempo por mayor seguridad y lucha contra la delincuencia, oportunidades económicas y combate a la inflación.

Teresa Le Blanc

Presidenta Fundación ChileSiempre