Actividad física y ciclo menstrual: la importancia de aceptar nuestra naturaleza cíclica
“Cuando aceptamos nuestra naturaleza cíclica dejamos de tener expectativas inviables y reducimos el estrés que nos causamos nosotras mismas al luchar por mantener la constancia”, dice la reconocida autora Miranda Gray, quien ha escrito una serie de libros en los que desarrolla la importancia de recuperar el poder natural del ciclo menstrual femenino de 28 días. Este ciclo se define como la serie de cambios que el cuerpo de la mujer experimenta todos los meses en preparación para la posibilidad de un embarazo. Cada mes, uno de los ovarios libera un óvulo en un proceso llamado ovulación que va acompañado de alteraciones hormonales, físicas y anímicas.
Gray plantea que según estos cambios es normal que haya periodos del mes en que nos sintamos más o menos cansadas y que no debemos luchar contra eso, ni menos intentar mantener la misma fuerza y perseverancia. Y esto hace más sentido aún en mujeres que practican deporte y, por ende, trabajan su fuerza física. “Según el momento del ciclo, es normal que algunos días no se sientan preparadas para realizar cierto tipo de ejercicios y saberlo permite crear una rutina acorde con los cambios que experimenta el cuerpo mensualmente y no sobreexigirse”, explica la kinesióloga y creadora del sitio web sermujer.cl, Alejandra Pastene.
Para Alejandra, lo primero es conocer bien las cuatro fases del ciclo: “La primera, conocida como fase menstrual, se inicia con el primer día del sangrado, dura hasta aproximadamente el día 5 del ciclo y es una etapa más reflexiva; luego viene la etapa preovulatoria, que es la más dinámica; se inicia al finalizar el sangrado y dura hasta días antes de la ovulación, es decir aproximadamente desde el día 5 al 12 del ciclo; la tercera es la fase ovulatoria, que se inicia días antes de la ovulación hasta unos días después, del día 12 al 18 aproximadamente y es la fase expresiva; y por último, la fase premenstrual, que se inicia al terminar la ovulación y va hasta el día de la menstruación, es decir, desde el día 18 al 28 aproximadamente. Esta última es la fase más creativa”, dice.
Pastene explica que entendiendo este ciclo lograremos darnos cuenta de que nuestra energía y capacidad física cambia producto de las variaciones hormonales. “En la fase preovulatoria y ovulatoria, por ejemplo, tenemos nuestra máxima energía, por lo que nos sentimos preparadas para realizar ejercicios de mayor intensidad”, dice. “Sin embargo, en la fase premenstrual y menstrual nuestra energía va disminuyendo y por tanto es normal que incluso hasta las más deportistas sientan ganas de realizar ejercicios de menor intensidad”.
“Este conocimiento nos ayuda a ser conscientes de nuestras potencialidades a lo largo del ciclo, ya que en cada semana nos sentimos con energías diferentes que no debemos reprimir, sino que aceptar para vivirlas en plenitud. Tener esto claro nos permite entendernos y ser empáticas con nosotras mismas, además de facilita la convivencia con quienes nos rodean”, concluye Pastene.
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