Arte en Santiago
Dibujando con carbón, Joaquín Cociña cuenta historias fantásticas y aberrantes. En la galería AFA mostrará Las muertes leves de Benjamín, retratos y videos que narran el romance entre un niño animal y una niña fantasma. Además, el mundo del alemán Joseph Beuys en el MAVI y la atractiva rareza de Ignacio Gumucio en la Sala Gasco.

El nombre de Joaquín Cociña (30) viene sonando con fuerza desde hace unos tres años, cuando junto al colectivo que formó con Cristobal León y Niles Atallah expuso el video de animación Lucía. Ya entonces, Cociña desplegó el imaginario que caracteriza a su obra: un mundo hecho de carbón que a primera vista aparece como infantil, pero que en su desarrollo va mostrando toda su explosiva carga de perversidad. Además, el colectivo ha realizado los videos animados Nocturno de Chile (que se mostró en el Mavi) y Luis (que es la contraparte de Lucía y que mostraron en la galería Animal). Las piezas rápidamente sorprendieron por la extravagancia de su visualidad, el rigor de la factura y el voltaje emocional que transmitían. Pronto comenzaron a circular y ganar premios en festivales internacionales y a ocupar espacios propios del arte, como la última Bienal de Mercosur. Ahora los videos Lucía y Luis están siendo llevados a todo el mundo por la distribuidora audiovisual Future Shorts, que los exhibe en festivales y los venden a canales de televisión. (www.youtube.com/user/futureshorts)
Nacido en Concepción, Cociña estudió Arte en la Universidad Católica y siempre exploró las posibilidades expresivas del dibujo. Participó en varias exposiciones mostrando dibujos de gran formato y, paralelamente, ejerció la crítica de arte, escribió cuentos, hizo clases, ilustró libros y armó escenografías. En 2007 los dibujos se pusieron en movimiento a través del uso de animaciones en video: "Cuando hacía dibujos estáticos tenía la sensación de que había muchas cosas del proceso que desaparecían en el resultado final", explica el artista. "Sacaba el dibujo de mi estudio, lo ponía en una galería y era como si se muriera. El video permite mostrar un proceso en movimiento al animar dibujos cuadro a cuadro. Las cosas están en permanente transformación y eso produce otra carga energética".
En los videos de Cociña los personajes se disuelven o son absorbidos por las murallas; las caras se transforman y adquieren rasgos animales; las cosas se destrozan y vuelven a recomponerse. Y, casi siempre, todo termina cuando la pantalla se va a negro, como el carbón. " Yo reivindico la crudeza de la técnica. Es como usar el carbón del asado. Hago dibujos mal hechos, que siempre hablan de la catástrofe. No me interesa el dibujo virtuoso y bonito", afirma. " Tampoco uso efectos computacionales, hago todo cuadro a cuadro. Es como trabajar desde lo que uno tiene y llevar la precariedad a un límite".
Las muertes leves de Benjamín se inaugura el 8 de abril en galería AFA (Phillips 16, depto 16 A, Santiago Centro) y permanecerá abierta hasta el 8 de mayo.
Por qué ver a Beuys en el MAVI
No hay otro museo de arte en Chile que pueda competir con los montajes que realiza el Museo de Artes Visuales, MAVI, en la Plaza Mulato Gil. A cargo de María José Bunster y Andrea Brauweiler, este espacio se ha destacado por una sólida línea curatorial y un alto nivel profesional, lo que les ha permitido traer importantes muestras de artistas contemporáneos internacionales. En este momento –y hasta el 9 de mayo– hay una exposición sobre el célebre artista alemán Joseph Beuys, que explora su influencia como maestro de otros artistas igualmente notables, como Lothar Baumgarten, Jorg Immendorf, Imi Knoebel, Blinky Palermo, Katharina Sieverding y Norbert Tadeusz. La muestra confirma que, lejos de la inspiración divina, los artistas se alimentan unos de otros y, al mismo tiempo, se deben a su momento histórico.
Otra vuelta de Ignacio Gumucio
Con la exposición Lo fácil y lo difícil Ignacio Gumucio confirma que puede transitar entre diversas técnicas y formatos manteniendo el tono que caracteriza su lenguaje pictórico. Hasta el 20 de mayo, en la Sala Gasco (Santo Domingo 1061) presenta 30 obras disímiles que generan inéditas relaciones entre sí. Como en ocasiones anteriores, en esta muestra Gumucio usa el vidrio como soporte, lo que dota a las piezas de una provocativa rareza. Las pinturas comparten motivos geométricos, conectando estructuras abstractas con imaginarios sociales. Analítico y, al mismo tiempo, emocionado, el trabajo de Gumucio interroga, simultáneamente, a la cabeza y a los sentidos. Siempre, en algún resquicio, aparece un humor silencioso y agudo.
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