Fox tiene 83 años y ya no escribe o escribe muy poco. Antes, creó más de 30 novelas para niños y seis para adultos, que pasaron bastante desapercibidas hasta que Jonathan Franzen, el autor de Ciudad 27 y Las correcciones, la redescubrió, la recomendó y la catapultó a los catálogos editoriales de todo el mundo. Franzen tiene muy buen ojo: leer a Cox es una delicia porque, efectivamente, como todos dicen, y no hay manera de evitar decirlo, es diferente. Quizá por ser la dueña de una singular biografía marcada por el abandono y guiada por el "deseo desesperado de averiguar por qué mi nacimiento y mi existencia habían supuesto una desgracia tan grande para mi madre", quizá porque el momento de Paula Fox es el de esta década, y ya. El dios de las pesadillas comienza a finales de la década de los 30, en Nueva Orleáns, hasta donde llegan las largas sombras de ese "muro negro de muerte" que se va acercando desde la Europa en guerra, sombras especialmente inquietantes para una joven judía que en Louisiana está conquistando la independencia y la autonomía.

→ El dios de las pesadillas. Paula Fox. El Aleph Editores, Barcelona, 2006. 222 páginas.