La importancia de las hormonas femeninas, más allá de la fertilidad




Las hormonas femeninas, como el estrógeno y la progesterona, son producidas principalmente en los ovarios. Dentro de sus funciones más esenciales está preparar al útero para un posible embarazo, pero lo cierto es que tienen muchas otras, de las cuales no se habla tanto. Es más, según la especialista en salud femenina, Valeria Sumar (@radiant.nutritionist), el estrógeno y la progesterona son esenciales para la salud, más allá de sus funciones en la fertilidad, ya que juegan un papel especial en la salud del corazón, en la regulación del sueño y en el correcto funcionamiento del cerebro. “El ciclo menstrual se suele ver como un proceso para la reproducción, sin embargo, en los último años, gracias a ciertas investigaciones, se ha a visto que es un signo esencial para la salud”, explica.

Dentro de las investigaciones que se han desarrollado en esta materia, se encuentra una elaborada por el Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo en Argentina, el cual evaluó que la progesterona promueve la formación de las espinas dendríticas (ramificaciones de las neuronas dedicadas principalmente a la recepción y transmisión de estímulos o impulsos nerviosos) que son estructuras fundamentales para el conocimiento, la memoria y el aprendizaje.

Otras de las funciones que pueden desempeñar estas hormonas reproductivas a nivel cerebral tienen relación a sus efectos neuroprotectores. Se cree que la caída de los niveles de hormonas sexuales durante el envejecimiento juega un papel importante en la pérdida de la función neuronal, lo que puede contribuir aún más a la aparición de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad. De hecho, algunos estudios epidemiológicos sugieren que la aparición tardía de los síntomas de Parkinson en las mujeres puede estar relacionada con los efectos neuroprotectores de los estrógenos.

Por otra parte, se sabe que los trastornos del sueño y sus alteraciones son comunes a lo largo de la vida de la mujer, pues dentro de la población son las que mas sufren de insomnio. Los eventos biológicos importantes, a menudo mediados por las hormonas y cambios fisiológicos, vale decir, la menstruación, el embarazo y la menopausia, comúnmente impactan y causan insatisfacción con el sueño. Y es que el sueño puede verse afectado por la variación en las hormonas reproductivas -así como también en el estrés, envejecimiento, depresión u otros-, las cuales son fundamentales a la hora de controlarlo, especialmente el estrógeno, ya que facilita que nos quedemos dormidas y se disminuyan los despertares nocturnos. De igual manera, la progesterona también afecta en la calidad del sueño, ya que ejerce un efecto de inducción de este y es un estimulante respiratorio.

Ahora, se sabe que la temperatura corporal aumenta medio grado tras la ovulación y esto se debe gracias a la progesterona, la cual es capaz de acelerar el ciclo metabólico, provocando que se aumente la temperatura y por consiguiente, el apetito y los niveles de energía.

Finalmente Valeria comenta que todos estos procesos son gracias a la ovulación ya que su labor da pie a la producción de hormonas muy importantes para nosotras como mujeres. “Es por eso que es tan fundamental más allá de la reproducción. No ovulamos solamente para el embarazo o para poder reproducirnos. La primera señal de que hay algún problema subyacente de salud, son irregularidades o anormalidades en la ovulación, lo que viene seguido de anormalidades en la menstruación, ya que la ovulación va a direccionar a esta última”, especifica.

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