Leppe de vuelta

Símbolo de la corriente más densa del arte chileno, desde fines de los 70 Carlos Leppe (60) irrumpió con performances en las que problematizaba su identidad en conflicto con la cultura dominante. Ahora exhibe pinturas recientes que condensan la complejidad de su pensamiento visual. En la galería D21 hasta el 20 de noviembre.




Paula 1107. Sábado 27 de octubre 2012.

Símbolo de la corriente más densa del arte chileno, desde fines de los 70 Carlos Leppe (60) irrumpió con performances en las que problematizaba su identidad en conflicto con la cultura dominante. Ahora exhibe pinturas recientes que condensan la complejidad de su pensamiento visual. En la galería D21 hasta el 20 de noviembre.

"Carlos Leppe define la densidad del arte chileno. No solo es uno de los artistas más importantes de nuestro país, figura clave de la Escena de Avanzada (1977–1983) que ha consolidado una obra compleja que se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones, sino que sus pinturas, esculturas, objetos, instalaciones y registros de performance ocupan un lugar destacado en el coleccionismo latinoamericano

y europeo de arte contemporáneo", señala el crítico Justo Pastor Mellado. En el catálogo de su actual exhibición, Mellado asegura que en Chile no hay nadie que esté a la altura.

Auténtico mito del arte local y artista al que siempre se está redescubriendo, Leppe se hizo conocido por ser el precursor de la performance en el país. Sus intervenciones, que se despliegan en pleno régimen militar, resultaron subversivas no solo porque desafiaban el clima imperante sino, también, porque cuestionaban la escena local del arte. Rebelde frente a todo canon estético e ideológico, Leppe elevó su autobiografía a un rango sublime y dramático. En sus performances el artista exhibió con crudeza expresiva y agudeza intelectual su propio cuerpo y su historia: se mostró desnudo, gritó su rabia, emitió una grabación con la voz de su madre y puso sobre la mesa su crisis de identidad y su condición homosexual. Muchas de esas acciones quedaron registradas y hoy comienzan a ser incluidas en centros internacionales, como el Museo Reina Sofía y la Colección Cisneros, de Madrid, o el Museo Georges Pompidou, de París.

Leppe es considerado uno de los artistas más influyentes del arte chileno y, por lejos, el más subversivo. Su obra puede leerse como una guerra contra la pintura que se realiza, desde la misma pintura, para devolverle la energía perdida.

En los noventa, Leppe se retiró de la escena artística local. Fue productor y director en televisión y publicidad y realizó una serie de performances fuera de Chile, trabajo que desarrolló en paralelo a la pintura. A comienzos de 2000 volvió a hacerse visible, con potentes intervenciones en Galería Animal y en el Museo de Bellas Artes, en las que desplegó los múltiples lenguajes que combina su obra. Su vuelta le valió dos premios Altazor. Actualmente sigue pintando y trabajando en sus proyectos de arte, pero ejerce también como agregado cultural en Buenos Aires.

Tras siete años sin exponer, ahora exhibe veinte pinturas en la galería D21 en una muestra a cargo de Pedro Montes, quien ha sido su fiel seguidor y coleccionista. Se trata de una obra texturada y corpulenta cuya riqueza material no se alcanza a percibir en reproducciones fotográficas. Es necesario estar frente a los cuadros para sentir la energía que desprende su avasalladora presencia.

Las obras que ahora Leppe presenta en galería D21 pertenecen a su producción pictórica reciente. A pesar de que en los últimos años ha ejercido como agregado cultural en Buenos Aires, nunca ha parado de pintar. (Nueva de Lyon 19, dpto 21. Departamento21.cl)

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