Aprender a vivir en el presente




El wellness es un concepto que gira en torno a encontrar un equilibrio entre la salud física y emocional con el objetivo de conseguir bienestar general. Algo que sin duda puede resultar difícil en medio del contexto actual en que la ansiedad, el estrés y el miedo son sentimientos habituales, pero la práctica del mindfulness o de tomar consciencia del presente es un arma sencilla para vivir el momento con calma y paz.

“Hay una parte de nuestro modo de funcionamiento previo a la pandemia en que el proyectarnos tanto hacia adelante se estaba robando nuestro presente. Hay que volver a recogerse para saber que siempre se puede dar sentido a uno mismo, y eso tiene que ver con nuestros sueños y nuestros ideales”, postula la psicóloga de Clínica Alemana, Solange Anuch.

La psicóloga explica que para encontrar ese sentido que muchas veces parece esquivo, hay que fijarse en las pequeñas cosas que se dan en el día a día, pues aunque nos guste hacer planes y proyectarnos en el futuro, la vida ocurre en el tiempo presente. Aún así, muchas veces dejamos que se escabullan por nuestros pensamientos relacionados con discusiones o penas del pasado o por ansiedad y miedo a posibles escenarios futuros.

“Hay que darse cuenta de la riqueza de regar una flor, oler los alimentos que preparamos o ver una película. Debemos empezar a notar cómo los sentidos van tomando vida”, aconseja la psicóloga, y asegura que el gran sentido de la vida tiene que ver con nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. “Esta es una oportunidad para encontrarnos los unos con los otros y darnos lo que no nos habíamos dado el tiempo de entregar”.

La importancia del vaso de agua

Carolina Geldress es antropóloga y psicoterapeuta transpersonal, y a través de sus terapias invita a tomar consciencia del presente tomando en consideración lo que se está haciendo en el momento, cómo eso hace sentir física y emocionalmente y darse cuenta de la experiencia que se está viviendo. “El mindfulness no es otra cosa que aprender a llevar nuestra consciencia al presente, que todo lo que realicemos pueda ser observado, pensado y sentido a través de estar aquí. Si estoy comiendo, lo hago teniendo consciencia de lo que estoy comiendo, a qué sabe, con quién lo estoy compartiendo”, explica.

Al igual que Anuch, Geldress postula que en el contexto de la cuarentena y la pandemia es aún más importante llevar la consciencia al presente. “Lo que hace el encierro y relacionarnos a través de lo que significa la cuarentena, es tener este contacto constante con quienes nos rodean y con el espacio en el que estamos. Si tomamos consciencia de que estamos haciendo algo y le damos un objetivo, entendemos que tiene beneficios para nosotros y podemos sacarle provecho, más aun con lo que está pasando ahora”, dice.

“Lo primero que tenemos que entender es que el presente nos permite tener un espacio de auto observación, y al tomar consciencia de lo que está ocurriendo afuera también adquirir consciencia de lo que ocurre internamente para tener esta amplitud de mirada, de entender el contexto y cómo nos sentimos en ese contexto”, dice la terapeuta. Geldress asegura que el ejemplo más básico es el del vaso de agua, con el que se puede tomar consciencia usando una acción extremadamente rutinaria. “Lo primero es conectar todos los sentidos, porque no hay nada más real que lo que tus sentidos te pueden entregar”.

El ejercicio es simple. Hay que tomar el vaso y tomar consciencia de que hay un líquido adentro que tiene un olor específico, que se ve de cierta forma, que se siente de cierta forma en las manos. La invitación es notar si se siente fría contra la garganta, si es que tiene un sabor dulce o no y cómo uno se siente después de tomarla. “Cuando estamos siendo conscientes de lo que hacemos en el momento, no hay pensamientos exteriores que vengan a decirnos que olvidamos la ropa en la lavadora o que teníamos que hacer una tarea y no la hicimos, porque estamos con toda la consciencia en una actividad”, asegura.

Estar en el presente, también cuando discutimos

Una vez que se logra hacer conexión consciente con lo que se está haciendo, lo que esto va a transmitir va a ser tranquilidad y felicidad, pues solo estamos usando todos nuestros sentidos. A esto, Geldress lo define como tomar consciencia de la tarea sin llevarla a un plano mental, sino que a lo emocional y sensorial. Una vez que se logra crear consciencia con pequeñas acciones, las personas aprenden a llevar el mindfulness a otros aspectos de la vida, lo que puede ser muy beneficioso. “Si una persona lleva esta práctica a las tareas cotidianas, no solo toma consciencia y se mantiene presente, sino que además se pueden extrapolar la práctica al área de las relaciones interpersonales”, explica la especialista.

Suele pasar que dos personas se enojan por algo y al pasar los días mantienen las acciones propias del enojo, pese a que no lo sientan en su interior y ya lo hayan superado. Entonces cuando se vuelven a encontrar, conversan o discuten a partir de ese enojo que sintieron en el pasado, sin poner atención a lo que sienten en ese momento. ¿Estás realmente escuchando al otro o interiorizando lo que dice? ¿Estás comunicando lo que sientes ahora o tu cerebro está reaccionando por una pelea que tuviste en el pasado? Las respuestas a estas preguntas terminarán entregando autoconocimiento del cuerpo y de las sensaciones, además de herramientas para vivir un presente que no está contaminado ni por lo que fue ni por lo que pueda ser.

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