NSLDA: tus familiares en la cena de Navidad




Seamos sinceros: las fiestas de fin de año, aunque se ven maravillosas en las películas, para muchos pueden ser motivo de altos niveles de ansiedad. Reencontrarse con la familia nos obliga a ponernos al día en lo que estamos y en lo que no, una revisión de nuestra vida a veces incómoda y generadora de cuestionamientos y comentarios desafortunados. En Paula hicimos un llamado a nuestras lectoras para preguntarles ¿cuáles son los comentarios que peor les caen? Una guía —¡siempre con amor y humor! — para evitar los malos ratos, activar la empatía y pasar esa noche lo más relajado posible.

¿Cuáles aportarían ustedes?

¿Y, ya tienes novio/a?

La más nombrada entre las lectoras y una de las peores presiones de los padres. La ilustradora Amalia Andrade en sus redes, donde hizo su propio descargo sobre el tema, lo explica muy bien: “No se pregunta por la vida sentimental de alguien, en términos que glorifiquen estar en pareja y hagan sentir que estar soltero es un fracaso”. (Tema a parte, también sumó como regla en su mesa evitar las teorías conspiranoicas y hablar mal de Shakira)

¿Y los hijos para cuándo?

Ni a un hombre, ni a una mujer, ni a una pareja. No sabemos la realidad de la otra persona, ni si quiere o no ser madre o padre, ni si puede, si ha tenido una pérdida, si lo está pasando mal con el tema… tampoco nos incumbe. De seguro lo hablará si tiene ganas, sino restémonos de preguntar.

Estás más gordita/o ¿ah?

El mantra de toda la vida: ¡no comentes el cuerpo del otro! Además, a nadie le agrada que le fiscalicen su peso mientras intenta disfrutar de su pavo con papitas.

¿Todavía no encuentras trabajo?

Seguro que esa persona ha hecho lo posible por salir de la cesantía, o está tratando de lidiar con sus propios problemas económicos como para que le vengan a recordar, mientras traga, que se ponga las pilas con la búsqueda. Extender esto también a preguntas sobre cuánto se gana y si pagó sus deudas. No es el momento.

Ya salió la feminista…

La respuesta general a cualquier defensa de género de parte de una mujer. No hace falta abrir la discusión sobre el feminismo, a no ser que realmente se quiera, claro. Para muchas mujeres enfrentarse a sus familiares en esta época, sobre todo si vienen de una estructura más machista, ¡no es fácil! Peor aún, dicen nuestras lectoras, es cuando te sacan el feminitómetro con un “¿No eras tan feminista?” Revisemos nuestro machismo y escuchemos cuando la otra manifiesta su incomodidad ante él.

Mira, te voy a dar un consejo….

No gracias, sigamos comiendo.

¿Te vas a repetir?

Aportada por la standapera Paloma Salas para cuando te cuestionan si te quieres repetir el plato: ¡Dejen comer!

PD: Prohibido quejarse de los perros y gatos del dueño/a de casa, que seguro son los familiares más queridos de esa mesa.

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