Nuevos liderazgos: Ceder poder y abrir espacios




Así como nuestro mundo vive tiempos de cambios y transformaciones, las organizaciones también enfrentan desafíos para los que es necesario generar nuevas respuestas. Según datos de The Conference Board, un tercio de los CEOs espera que a nivel global 40% de la fuerza laboral se mantenga trabajando de manera remota en el futuro, algo que ya vemos en nuestro país y que ha venido a cambiar la forma en que nos relacionamos con y en el trabajo.

Un rol fundamental en esta transición hacia nuevos modelos de trabajo recae en los líderes. Más allá de los esfuerzos específicos que las áreas de recursos humanos están realizando para ajustar la gestión organizacional, así como para atraer y retener talento en el competitivo entorno que plantean las alternativas laborales híbridas y remotas, quienes conducen los equipos se están enfrentando a situaciones nuevas que requieren renovar enfoques y herramientas.

Si bien la pandemia aceleró los cambios, la realidad que hoy vemos ya se asomaba claramente hace un tiempo y la figura del liderazgo solitario, que se ponía al frente para que su grupo lo siguiera a pie juntillas, comenzaba a resultar insuficiente. Por ello, como corporación de Mujeres en Alta Direccion nos preguntamos sobre las nuevas posibilidades y desarrollamos el modelo REDMAD de Liderazgo Inclusivo, que plantea un enfoque de dirección basado en la confianza y en las relaciones simétricas, que reconoce la diferencia y la convierte en un motor de acción, que es capaz de acoger y transformar la diferencia en el camino para generar vías innovadores y eficientes para el logro de los objetivos.

Porque como dice Simon Sinek, el liderazgo no es un rango o una posición que se debe alcanzar, es un servicio que hay que dar a los equipos de trabajo. El líder actual requiere ceder poder y flexibilizar estructuras para que cada uno de los colaboradores sea un creador de valor, corresponsable de las metas y de los resultados. Y para que esto ocurra, la diversidad que esté presente en los equipos también se torna fundamental. Incorporar la diversidad en nuestro entorno es el único camino posible para construir organizaciones más sostenibles.

En este nuevo mundo del trabajo, complejo y dinámico, necesitamos la mejor capacidad para interpretar y responder adecuadamente al entorno. Las miradas diversas aportan precisamente en ese sentido y, por ello, la responsabilidad de los líderes está precisamente en comprender que en este escenario, las fórmulas anteriores pueden resultar insuficientes o ineficientes. Hoy el desafío es reconocer y conducir la diversidad, y dar espacio para que las personas que son parte de las organizaciones tengan la posibilidad de aportar desde sus experiencias, especialidades y visiones. Construir las confianzas para que esto sea posible es parte del rol de los nuevos líderes.

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