Once completa

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Sobre el recuerdo de una once invernal en Renca con chaleco de lana, pantalón de cotelé y completera al lado de una estufa a parafina habla el arquitecto Nicolás Valencia.




"Cuando era chico soñaba con ser alcalde, pensaba que esa persona era la que construía las casas y los edificios de mi comuna. Sabía que quería hacer eso, pero cuando descubrí que era pega de otros, terminé entrando a Arquitectura en la Universidad de Chile. Nací en una familia pobre de Renca, con papás que trabajan en cosas que no les gustan y convertirme en el primer profesional fue un tremendo ascesor social para nosotros.

Mi familia es muy chica y en estricto rigor terminamos viviendo en una casa de subsidio en La Florida, pero como éramos achoclonados, todos los fines de semana tomábamos la famosa y eterna micro amarilla número 666 a Renca y nos juntábamos mi abuela, dos tías, mi papá, mi mamá, mi hermana y yo. Como mis padres llegaban tarde de lunes a viernes, esos fines de semana aprovechábamos de tomar once con completo y té. Era una cosa social, más familiar, que se sentía como algo festivo y especial. Tengo la sensación de haber estado agarrando calor al lado de una estufa a parafina, con cáscaras de naranja encima y con una taza bien caliente en las manos, vestido con un chaleco de lana y pantalones de cotelé, a punto de empezar a comer esa delicia en marraqueta que me miraba desde la completera plástica, justo al lado del café en polvo.

Mi infancia noventera se resume en eso. Por eso hoy no me gusta escuchar esas campañas que hablan de recuperar la tradición de la once. ¿Quién no está tomando once? Mi cuenta de Instagram @elpicadista nace para eso. Para hablar de cosas que muchos hemos hecho desde siempre en lugares que conocemos de toda la vida, pero que, por alguna razón, una parte importante de la población los siente ajenos o novedosos. Vivimos en una isla entre el Pacífico y la Cordillera de los Andres, entre el desierto y la Antártica, y al final esa diferencia social para ver las cosas es otro contraste más de este país que insiste en no dejarnos muy claro quiénes somos y qué hacemos los chilenos. En esa lógica, la forma en la que nos relacionamos con la once también está llena de contrastes, que te ayudan a saber con una sola foto si eres del norte, del sur, si vives cerca del mar o en una ciudad seca. Pero estoy seguro de que todos coincidimos en nuestro amor a la once y pienso que si bien hay mucha gente que no desayuna, hay muy poca que no toma once.

Da lo mismo la hora. La mía, por ejemplo, era muy tarde porque el horario estaba condicionado por las teleseries, la llegada de mis papás y las ganas de tomarse algo caliente. Cuando uno crece el momento se decide en función de la salida de la pega. Por eso estoy acá, tomando once en un local del Portal Fernández Concha, un lugar sin pretenciones y cotidiano, que te recibe a la pasada, en ese tránsito liberador entre la reunión o la oficina y el momento en que por fin te subes al metro o a la micro para irte a la casa".

Nicolás Valencia (31) es arquitecto, editor del sitio web Archdaily y la persona detrás de la cuenta de Instagram @elpicadista. Actualmente vive con su polola en Providencia.

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