Violencia de género en Rapa Nui: Aisladas en un pasado machista




La madrugada del 6 de octubre de 2019 parecía ser como cualquier otra en las calles de Rapa Nui. La noche estaba tranquila, el mar se escuchaba agitado a lo lejos y los turistas daban vueltas, aprovechando sus días de descanso en el oasis polinésico. En medio de esa bohemia insular, un grupo de jóvenes voluntarios -que fueron a realizar un operativo dental- comenzaba su noche de fiesta sin posibilidades de predecir el trágico desenlace.

Todo empezó en la discoteque Fantasía Pikano -ubicada en calle Hotu Matua- donde llegaron entre ocho y nueve personas del grupo, a bailar y distraerse antes de comenzar de lleno sus trabajos en la zona. Sin embargo, el panorama cambió radicalmente cuando, en medio de la fiesta, una de las mujeres del grupo desapareció. Más tarde, sus compañeros se enterarían que la joven había sufrido una violación a manos de un hombre oriundo de la zona en las afueras de lugar.

El caso remeció a los habitantes de Rapa Nui. Las organizaciones feministas salieron a protestar a las calles de forma masiva porque sabían que éste no era un hecho aislado y que representaba una de las tantas violencias a las que las mujeres del territorio se enfrentan día a día. “Sabemos que situaciones como la que nos convoca hoy lamentablemente han sucedido desde tiempos ancestrales, y muchas veces se han mantenido ocultas dentro de las mismas familias, pero los tiempos han cambiado y creemos que es momento de levantar la voz y vivir libres de violencia”, dijo una de las representantes. Sin embargo, el petitorio de la marcha de ese día era más amplio. No solo aludía a acabar con los delitos sexuales y todas las formas de violencia, sino que también se apuntaba a una de las demandas históricas de las mujeres feministas del lugar: la derogación del artículo 13º y 14º de la denominada Ley Pascua (16.441).

Dicha normativa fue promulgada en 1966 con el objetivo de incorporar el territorio insular al Estado de Chile. Con la Ley Pascua, se otorgó ciudadanía chilena a sus habitantes y se crearon algunas normas especiales aplicables exclusivamente en ese territorio. Entre ellas, están los artículos 13° y 14° -vigentes todavía- que permiten reducir en un grado las penas de los responsables de cometer delitos sexuales y dan la posibilidad de cumplir 2/3 de la condena fuera del recinto carcelario. Esto significa, por ejemplo, que los victimarios tienen la posibilidad de cumplir una pena de 5 años, en vez de una de 15, con el beneficio además de poder pasar la mayoría del tiempo en el medio libre.

A esa normativa apeló también el joven que cometió el delito sexual en las afueras de la discoteque de Hanga Roa para poder disminuir su condena. Según información de la Subsecretaria de Prevención del Delito, esta medida -entre 2007 y 2015- ha permitido a 52 condenados cumplir más de la mitad de su pena en libertad. Sin embargo, el magistrado Alex Guzmán del Juzgado de Letras y Garantía de Rapa Nui -defensor de la víctima- tenía otros planes para el imputado. El abogado presentó un recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (TC) que fue acogido en septiembre de 2020 por el organismo al considerar que la normativa estaría afectando el principio de igualdad ante la ley.

Una determinación que fue considerada histórica por los isleños y que para el Ministerio Público representó el “logro jurídico más importante en el siglo XXI” en territorio insular. “Es primera vez que el Tribunal Constitucional se pronuncia sobre este tema y, con ello, confirma la necesidad de modificar esos artículos porque vulneran derechos humanos de mujeres y niñas. Si bien fue frente a un caso en particular, para nosotros impacta positivamente a las mujeres y la comunidad porque cuestiona los beneficios de los agresores sexuales en la Isla y entrega una clara señal de rechazo a la violencia en contra de las mujeres. Esta es una lucha que se mantiene hace años”, opina Loreto González, directora de la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Rapa Nui. “Con este tipo de acciones se fortalecen los derechos de las mujeres sobrevivientes de violencia, las redes de apoyo institucionales y se generan incentivos para reportar este tipo de delitos en el territorio”, indica María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres en Chile.

Con esta decisión, la lucha por derogar los artículos 13º y 14º, llevada por las feministas de la zona, tomó una fuerza inusitada. “La gente en la Isla había normalizado tanto esta ley que decían ‘para qué luchar contra algo que es imposible’. Esto no se cuestionó antes. Nosotras veníamos haciendo manifestaciones, pero con este caso fue caótico. No aguantábamos más, dolió mucho porque veíamos mujeres jóvenes vulneradas. Entonces nos empezamos a unir más y manifestar, a pesar de que hemos tenido mucha resistencia, sobre todo de hombres y adultos mayores que no quieren la modificación de la Ley porque creen que es un nuevo tratado entre Chile y Rapa Nui, aunque eso sea mentira”, explica Sofía Faúndez Hey, ex Consejera Regional y dirigenta de la Isla.

“A nivel social, la derogación de los artículos ha servido como un punch de energía para que mujeres de Rapa Nui y continentales nos reunamos en función de una causa común. Ha sido nuestra bandera de lucha. Hay que entender que nosotras no queremos que se derogue completa la Ley Pascua, sino que solo los artículos 13 y 14 que son disposiciones que nos afectan de manera directa a las mujeres. No queremos pasar por encima de la cultura, pero queremos cuestionar las temáticas de abuso sexual y violencia”, analiza Amanda Herreros, antropóloga e integrante del grupo feminista Mujeres Autoconvocadas.

Actualmente, en la Isla se encuentra vigente un proceso de consulta ciudadana respecto a la derogación o continuidad de dichos artículos. Un referéndum que responde a las obligaciones adoptadas por Chile en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. En dicho tratado, se establece la obligación de consultar a los pueblos indígenas sobre los asuntos que los pueden afectar administrativa o legalmente. Por eso, en febrero de 2020, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia convocó a esta consulta que, por ahora, se encuentra en su Fase 2, relativa a la entrega de información y levantamiento de observaciones por parte del pueblo de Rapa Nui.

Las raíces de la violencia de género

Esta lucha por derogar los artículos 13º y 14º está lejos de ser la única para las mujeres y constituye una de las decenas de situaciones de violencia de género que se desarrollan aún en Isla de Pascua. En ese sentido, las cifras hablan por sí solas. Ya en 2016, según datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, las tasas de violencia intrafamiliar en la zona eran cuatro veces mayores a las de Chile continental. “Acá, es muy primitiva la idea del respeto, del no uso de la violencia. La figura femenina sigue relegada al espacio privado y falta aún empoderarla como figura pública. Hay que concientizar y educar a la población sobre esto porque muchas de estas ideas están arraigadas en las relaciones a nivel transversal. Entonces, nuestra primera pelea tiene que ser cortar la violencia”, explica Amanda Herreros.

En 2020, y en medio de la pandemia, las denuncias presentaron un descenso de un 30% respecto al año anterior. Así, pasaron de 156 a 89 casos presentados ante Carabineros y la PDI. “No es que la violencia haya disminuido, sino que este año bajaron las denuncias. Con el cierre de las fronteras, las mujeres prefieren no denunciar porque el riesgo es mayor y no hay redes de apoyo. Cuando ocurren estas situaciones, hay que sacar a las mujeres de la Isla junto a sus hijos -que generalmente son isleños- porque no tenemos casas de acogida, y ahí se da una doble vulneración. Y ahora es peor porque los vuelos están restringidos entonces no hay escapatoria. ¿Qué capacidad existe para cumplir una orden cautelar de alejamiento en una Isla? Es súper complejo”, cuenta Loreto González.

González, además, explica que las atenciones en el Centro de la Mujer -un dispositivo municipal que busca dar atención a las víctimas de violencia intrafamiliar- no se han detenido desde que comenzó la pandemia y que, incluso, en lo que va de este 2021, han ido en aumento. Un hecho que demuestra lo latente que sigue este problema. “El tema de la Isla cerrada acrecienta la violencia simbólica de género e intrafamiliar. Las denuncias no se realizan porque las mujeres están en contacto permanente con sus agresores. Aquí nos conocemos entre todos, entonces hay un juicio social no menor. Acá el agresor puede ser tu tío, tu primo y parte de tu familia convive con él, entonces eso es severo porque víctimas y victimarios conviven en un mismo espacio”, analiza Amanda Herreros.

Feminismo en la isla

A pesar de lo naturalizada y transversal que es la violencia en la zona, hablar de feminismo es algo que aún parece extraño en Isla de Pascua. No muchos conocen el concepto y recién hace un par de años se han ido introduciendo algunos planteamientos feministas a manos de las mujeres continentales que han llevado esta bandera al territorio. Sin embargo, todavía existe un amplio grupo que rechaza estas ideas. “Existe una resistencia porque la sociedad aún está fundada en patrones patriarcales y machistas, arraigados a tradiciones culturales. Y eso también se relaciona con la falta de educación. Desde una línea feminista, nosotras no planteamos la abolición de las tradiciones, sino un cuestionamiento a la violencia y una construcción de una sociedad más igualitaria”, explica Amanda Herreros.

“Aquí hay un tema de machismo que no es menor y que se expresa en las relaciones cotidianas. Por ejemplo, hace poco salimos un grupo de mujeres a protestar por otro tema y los hombres empezaron a decir qué vienen a hacer estas mujeres aquí, vayan a cocinar, qué saben de leyes. Ahí te das cuenta que tienen una manera de discriminar que es falta de todo. Piensas, ¿por qué aluden al tema de la cocina? En el fondo, te denigran y denostan por ser mujer”, cuenta Sofía Faúndez.

Para trabajar esta temática, la Municipalidad hizo una alianza con la ONU para promover la igualdad de género. Así, en noviembre del año 2020, Rapa Nui se sumó por primera vez a la campaña “Únete” que tiene como objetivo poner fin a la violencia en contra de las mujeres en todo el mundo. “Sin duda estas acciones demuestran la fuerza que han agarrado estos temas durante los últimos años en la zona. Actualmente existen organizaciones feministas en Rapa Nui que abordan la violencia de género o el empoderamiento económico. Para poder fortalecer este trabajo, es importante entregar apoyo a estas organizaciones y así permitir que el movimiento continúe avanzando”, opina María Inés Salamanca.

Así, el feminismo lentamente ha ido tomando más fuerza, sobre todo en el caso de las mujeres oriundas de la Isla. “Ya no tenemos miedo como hace 10 años atrás porque empezamos a hablar de sorororidad y tenemos grupos de apoyo entre mujeres. Pero igual aquí es como partir de cero, porque no hay un trabajo histórico como en el continente. Lo bueno es que, con el tiempo, la idea ha sido expansiva y ahora hay más mujeres en Rapa Nui interesadas en el tema. Siento que ya no es una cosa discursiva, sino que tiene que ver con cómo queremos generar una comunidad más inclusiva, menos violenta y más empática”, finaliza Amanda Herreros.

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