Yo antes que tú, la autovaloración como punto de partida

Cada día vivimos rodeadas de estándares de belleza y pasamos horas frente al espejo buscando las supuestas imperfecciones en nuestro cuerpo. Sólo en Chile, las mujeres pasan cerca de 3,6 horas al día pensando en su cuerpo. ¿Cómo trabajamos nuestro amor propio?




“Me rendí”, comenta la psicóloga Magdalena Miquel (25), refiriéndose a su batalla perdida con la lucha de perder peso. Muchas veces, siendo una adolescente, pensó que quizás estaba destinada a una montaña rusa constante de pérdida y subida de peso o a idas frecuentes al nutricionista donde le entregarían nuevamente una dieta estricta, aburrida y que probablemente la terminaría rompiendo a las pocas semanas.

Magdalena no sufría de obesidad, pero sí de sobrepeso, y esos kilos “de más” siempre fueron un tema en su vida. Como cualquier adolescente, se avergonzaba en las fiestas de ser observada y lo mismo cuando caminaba por la calle: pero ella sentía que cualquier persona que la mirara, no lo hacía porque estaba bien vestida o la encontrara linda. Sus pensamientos la convencían de que aquellos ojos reparaban en su gordura.

El 2019, Magdalena -ya licenciada de psicología- se percató de que este tema estaba más ligado a un panorama emocional, que no era algo netamente físico o de dietas. Así que comenzó a trabajar en algo más importante: su amor propio.

Empecé este camino con la ayuda de una psicóloga especializada en trastornos alimenticios para sanar mi relación con la comida y mi cuerpo. En la primera sesión le dije que estaba rendida, pero que quería aprender a amarme a mí misma en todos mis estados porque veía que había muchas mujeres con sobrepeso que eran felices, y yo no era una de ellas”, comenta.

“Curiosamente, mi proceso comenzó mirándome al espejo. Me puse a bailar frente a él y empezar a querer esas cosas que veía. Por ejemplo, ver y querer mis estrías, y lo mismo con la celulitis. Así, mirándome y tratándome con dulzura, aprendí a comer en buenas proporciones y actualmente tengo una mejor relación con los alimentos que en el pasado”.

La autovaloración como punto de partida

“El amor propio es como un músculo”, comenta la coach nutricional, Winnie Gana, “Y tenemos que trabajarlo día a día para que crezca fuerte”.

Al igual que Magdalena, Winnie fue una adolescente con sobrepeso y extremadamente obsesionada con el físico. “Pasé por todas las dietas existentes, me maltraté psicológicamente, pasé hambre, atracones, angustias y frustraciones. Y llegué al punto en que dije ¡no más! Me di cuenta de todo el tiempo y las instancias perdidas, todos los momentos que nunca disfrute por esta obsesión: fiestas, citas con mi marido, momentos íntimos. Todos perdidos por estar pensando en tengo que entrenar, no puedo comer esto, no voy a ir para no salirme de la dieta”, comenta.

Actualmente, desde su cuenta de Instagram @winniegana, donde tiene 142.000 seguidores, Winnie habla de que buscar una talla o un cuerpo específico no traerá la felicidad y que el amor propio es la mejor respuesta para aprender a vivir. “Vivimos en un mundo en donde está súper claro el estándar de belleza, lo vemos por todos lados: en las redes sociales, publicidades, televisión”, dice. “Está demasiado arraigado en nuestra cabeza lo que es bello o aceptado por la sociedad y eso nos lleva a muchas mujeres a pensar menos de nosotras mismas, a estar constantemente buscando cambiar algo de nuestro físico o a pensar en cómo nos vemos”, agrega.

En Chile, según cifras entregadas por la organización social La Rebelión del Cuerpo, las mujeres de entre 14 y 45 años llegan a invertir cerca de 3,6 horas al día pensando en su cuerpo, lo que equivale a 54 días al año. De igual forma, el 84% de ellas se siente en desventaja por su aspecto físico al ver la figura de otra persona.

Uno de los factores que influye en el autoestima, según especifica la psicóloga María Isabel Pacareu, corresponde a las experiencias tempranas que tienen las personas en su historia personal. “Tus papás son los que te enseñan lo qué es bueno o malo, entonces en base a eso uno crea su pensamiento crítico. Cuando hay personas que tienen tema con la comida, es porque tenían figuras paternas que finalmente les decían ¿no será mucho repetirse? O si no eres delgada los hombres no se fijarán en ti. Todos esos comentarios que hemos escuchado hacen que nos creamos un repertorio que nos limita muchísimo, que hace que dejemos de ser nosotras mismas y dejemos de valorarnos”, especifica la especialista.

El segundo factor corresponde al encarecimiento de situaciones de afecto. En Chile, de acuerdo a Isabel, hay un tema cultural muy desconectado al tema emocional. “Toda esa parte de conectarte con tus emociones, de no llorar o de mostrar debilidad se da mucho. También se relaciona a cuánto afecto te dieron, cuánto afecto recibiste para sentirte valiosa, que alguien te dijera esta bien equivocarse”, agrega.

De todas formas, siempre existe la oportunidad de trabajar en una misma y para dar ese importante paso existen dos caminos. El primero consiste en estar consciente del hecho de que uno esta trabajando el amor propio, es decir, ser consciente en el cómo me hablo a mí misma, de mis pensamientos y del cómo estoy viviendo mis emociones. Por otra parte, Isabel señala que el hacer consciente el querer amarse y tomar la iniciativa puede hacernos sentir que es mucho trabajo para uno mismo y que necesitamos de una orientación para seguir avanzando. Es por esto que se hace necesario la ayuda de algún profesional que entregue las herramientas que uno requiera para el cambio. “Hay gente que esta trabajando en el amor propio, pero no tiene los recursos necesarios y aún así se siente triste, angustiada o que su vida no es funcional por lo que debes pedir ayuda. Este profesional te va a ayudar en tu camino de manera terapéutica y va viendo lo que tu necesitas”, asegura.

“Si te sientes valorada por quién eres -que esté muy conectado con tu autenticidad o sea el hecho de ser tú misma- vas a sentirte a gusto. El pasto de al lado siempre lo vas a ver mas verde, pero si trabajas en que tu pasto es bonito de repente ese pasto del vecino va a seguir verde, pero no te va a afectar a ti. Una no va a hacer desaparecer la ansiedad, pero dependerá de las herramientas con las que te manejes para que esta baje o dure menos. Las personas seguras no se caracterizan por no vivir inseguridades que es lo que todo el mundo cree- sino que las tienen, pero poseen herramientas para que ese proceso sea más cortito y les afecte menos”, concluye Isabel.

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