Teletrabajo: una opción que toma fuerza

trabajo remoto
Según cifras disponibles, solo el 1% de las empresas en Chile hacen teletrabajo.

Empleadores de distintos sectores han tenido que optar por el trabajo a distancia, frente a las manifestaciones sociales. Una política que busca responder a la contingencia y que se contrapone ante una fuerza laboral acostumbrada a los horarios de oficina. Algunos especialistas en temas laborales apuntan que falta un cambio de mentalidad para que el home office se masifique en Chile.


Si se trata de flexibilidad laboral y teletrabajo, el caso de los trabajadores de Netflix es uno de los más llamativos en el mundo: desde 2004, sus empleados tienen la libertad de elegir cuándo llegar a trabajar, días libres o vacaciones por el tiempo quieran y deciden cuánto demorarán en realizar sus labores y, sobre todo, desde dónde trabajar.

La decisión de la empresa de streaming no ha afectado negativamente al éxito de la compañía: sigue creciendo su valor de mercado. Pero la política de la multinacional se contrapone a una gran mayoría de empresas acostumbradas a los horarios de oficina y que su fuerza laboral esté presente en un mismo espacio físico.

Chile, el quinto país con más horas de trabajo y menor productividad conforme a las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tiene una muy tímida flexibilidad laboral. El concepto de home office aparece solo en unas pocas empresas, aunque el camino va hacia allá: en la mayoría de las veces basta un computador, una buena conexión a internet y un celular para realizar el trabajo.

Según datos del Ministerio del Trabajo, en Chile sólo un 1% de las personas trabajan en un lugar distinto a la empresa, número que aumentó tras el estallido social, debido a los problemas de transporte para llegar a la oficina o inseguridad de salir de sus casas. Un 48% de las empresas en Chile impulsó el teletrabajo entre sus trabajadores -según mediciones de la consultora Randstad- producto de las protestas.

Un caso es eClass Chile, empresa dedicada al rubro de los cursos online que con 303 empleados en el país que, si bien cuentan con un plan piloto para incrementar la modalidad entre sus trabajadores, los eventos ocurridos a partir del 18 de octubre les significó “adaptar y ampliar esta política a todos los colaboradores, con el propósito de no exponer a nadie del equipo a situaciones inseguras y evitar largos tiempos de traslado”, cuenta Josefina Girado, jefa de Cultura y Experiencia Colaborador de la compañía.

Bajo el clima actual del país, Girado cuenta que la organización “ha dado toda la flexibilidad para quienes quieran trabajar desde la casa puedan hacerlo –previa coordinación y organización con sus jefaturas- y también, con los horarios de entrada y salida de las personas del equipo que durante este período decidieron trabajar desde nuestras oficinas”.

Para Hans Nemarich y los trabajadores de N12 Next Challenge -empresa de servicios de tecnología e innovación-, el último mes no han tenido tantos inconvenientes, ya que desde hace cuatro años que el equipo funciona al 100% con teletrabajo. Para Nemarich, quien se desempeñó durante seis años como gerente de desarrollo y arquitectura de Microsoft, el home office es algo natural.

Tras emprender por su cuenta en Chile, decidió que N12 funcionaría bajo un formato de 40 horas laborales y que cinco horas de trabajo fueran dedicadas a formación y capacitación. En su experiencia, “existen muchos beneficios desde la perspectiva del bienestar, de la moral, de la productividad, de la perspectiva de usar nuevas tecnologías y crear nuevos canales, de coordinarnos en nuevos escenarios”.

Cambio de mentalidad

En 2016, Daniel Halpern y Carolina Castro, de TrenDigital UC realizaron una guía para el uso positivo de tecnologías en empresas. En el manual, desarrollado en colaboración con Claro Empresas, se apuntaba a que los trabajadores de la generación millennial había que darles la mayor flexibilidad posible para conseguir lo mejor de ellos –aunque necesitan de supervisión, dice la guía- y aprovechar su experiencia en la tecnología, algo que en las generaciones anteriores les resulta menos orgánico.

También apunta a que gran parte de los profesionales no podrían funcionar hoy de manera eficiente sin Internet, lo que se ve reflejado principalmente con el uso del email, canal que más del 95% de los trabajadores reconoce ser relevante para poder desarrollar sus responsabilidades en el lugar de trabajo.

Entre los beneficios del trabajo a distancia mediado por la tecnología, el manual de la Universidad Católica apunta a un feedback más inmediato; ahorro de tiempo en desplazamiento; ahorro en infraestructura y transporte para la empresa; facilita trabajar en el momento más adecuado y comodidad para trabajar; trabajadores más conectados e informados; trabajar con los mejores talentos independiente de su ubicación geográfica y reuniones sin importar dónde están, a través de cámara.

En N12, una empresa que cuenta con 10 trabajadores y un par de freelances como colaboradores, el ingeniero Hans Nemarich cree que el home office a gran escala en Chile es una posibilidad concreta para el futuro. “El teletrabajo es un mindset, tanto del empleador como del trabajador. Tenemos que entender que la presencia no es un concepto físico, no es cuando tus ojos me vean, sino cuando pueda tener interacción contigo, que puedan participar de un espacio de interacción digital”.

Su posición va en la línea de los datos del estudio de la Fundación Chile Unido, lanzado el mayo pasado, que señaló que el 83% de las organizaciones que promueven la flexibilidad laboral para conciliar la vida y el trabajo aumentan su productividad. El estudio también reveló que el 87% de los trabajadores de dichas empresas las recomendarían y que el 94% de ellos está muy satisfecho con su lugar de trabajo.

Cultura organizacional

La mirada de los psicólogos laborales es cautelosa: hay mucho para avanzar para potenciar el teletrabajo en Chile, señalan. Para Kevin Palma, psicólogo laboral de la Universidad de Concepción, la mayoría de los estudios que hay sobre teletrabajo están creados bajo contextos particulares y, según él, no representan el estado actual de la fuerza laboral en el país.

“No me gustaría que en Chile se aborde el teletrabajo como algo superficial y sin entender el por qué y su razón de ser de nuestra forma de hacer trabajo. El home office fue pensado para que la gente pudiese estar presente en todos lados y compatibilizar sus tiempos, ser más autónomo”, puntualiza. Luego agrega: “Nuestra cultura organizacional es un poco feudalista: si el jefe no está encima, no hay rendimiento. Y eso se debe precisamente a que en Chile no se trabaja por objetivos”.

Daniela Campos, jefa de riesgos psicosociales Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), cree que “estamos en una cultura donde el mismo trabajador, cuando termina sus tareas diarias dos horas antes del horario de salida, se queda un rato más para demostrar a la jefatura que está comprometido, como si el compromiso tuviese que ver estar con un lugar versus las tareas. Lo complejo es que hay organizaciones que están concentradas en el cumplimiento de horario y no en el cumplimiento de objetivos”.

Pese al escenario, la profesional de la ASCH afirma que tras el estallido social, las organizaciones se arriesgaron en la modalidad. “Las empresas más modernas que ya tenían opciones de home office ha sido súper simple. En otros casos, algunas empezaron con mucho susto a que los trabajadores, en medida que no fueran observados, produjeran menos. Justamente, ocurre lo contrario”, señala.

El futuro ya está aquí

El psicólogo laboral de la Universidad de Concepción, Kevin Palma, y la jefa de riesgos psicosociales Asociación Chilena de Seguridad, Daniela Campos, coinciden en que para que el teletrabajo sea una opción real, se deben mejorar dos aspectos fundamentales: la plataforma de servicios digitales y la cultura organizacional.

“Hoy en día tenemos un país conectado digitalmente, pero en el mundo laboral no existe una proyección, que se ve reflejada con la crisis del país al no existir un proyecto a futuro con una visión establecida, objetivos, principios y valores comunes”, dice Palma. “Siento que existen empresas poco productivas, escaso rendimiento y sinergia ya que los rubros trabajan de manera aislada sin sacar provecho de las tecnologías”, añade.

Hans Nemarich, de N12 Next Challenge, apunta que hay que aprovechar las ventajas de la tecnología, “sobre todo al estar en un país con el mejor acceso a internet y las mejores velocidades de Latinoamérica. Ese es un ‘as’ que debemos aprovechar en favor a nuestro bienestar”, asegura.

Respecto a la cultura organizacional, Daniela Campos afirma que si se acepta el trabajo a gran escala, los trabajadores deben aprender a separar los espacios. “A veces está malentendido que bajo esa modalidad uno puede estar cuidando a los hijos y revisando el mail, eso no es así. Uno debe cumplir con sus objetivos en un clima más seguro, no son espacios de libertad ni momentos de ocio”.

Luego, Campos puntualiza: “Las empresas deben sentirse maduras, tener la colaboración del colaborador y todo el equipo tecnológico que se requiere y la confianza en el otro para dar la responsabilidad que le favorece al trabajador y a la organización. Este es un buen momento para probar como plan piloto y aplicarlo para cuando ya acabe la contingencia”, sentencia la psicóloga, quien además explica que la ACHS mantiene un circular al día con consejos básicos tanto para las empresas como trabajadores sobre cómo enfrentarse al teletrabajo, sus aspectos legales y consejos de planificación.

Regulación del teletrabajo

Muchos apuntan la necesidad de regular las actuales normativas que rigen al home office en Chile. En noviembre de 2018, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto impulsado por el Gobierno que perfecciona la regulación de los empleos a distancia, con lo que pasó a segundo trámite al Senado.

La iniciativa contempla incorporar un nuevo capítulo al Código del Trabajo, llamado “Del trabajo a distancia y teletrabajo”, donde aparecen las normas que regulan estas modalidades, como los procedimientos, requerimientos, derechos y deberes del trabajador y el empleador. El proyecto aún sigue en trámite.

Entre las empresas, algunas se han adelantado. eClass trabaja en mejorar tecnologías y la cultura organizacional, con el objetivo de que su equipo pueda conciliar la vida personal y laboral de la mejor manera, así como tener mayor flexibilidad frente a eventos imprevistos de las últimas semanas.

Desde el otro lado, Hans Nemarich analiza que Chile va a transitar hacia modelos híbridos a futuro, más evolucionados para la flexibilidad laboral. “Esto anda, funciona e impacta positivamente no solo en el bienestar personal, sino en el de la ciudad. Un teletrabajador es alguien que no está utilizando transporte, por lo que disminuye la huella de carbono, es una persona que está ocupando su tiempo en hobbies e intereses, que puede ocupar su tiempo formándose o en entretenimiento. El teletrabajo es la posibilidad de adaptar tu estilo de vida uno que te acomode”.

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