Cumpliendo una promesa de campaña, este viernes el Presidente Gabriel Boric firmó el proyecto de acuerdo para aprobar el Tratado de Escazú, un pacto promovido por Costa Rica y Chile, y que aspira -en términos medioambientales- a mejorar el acceso a la información, a la justicia y la participación pública en materia ambiental en países de América Latina y el Caribe.

Chile -durante la primera administración de Sebastián Piñera- fue uno de los países que impulsaron las primeras negociaciones para el tratado. Sin embargo, en la segunda gestión del expresidente, en dos ocasiones (2018 y 2020), se anunció que no firmarían el acuerdo.

El gobierno de ese entonces argumentó que la legislación chilena era completa en material ambiental y que la decisión -según la exministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt- de no firmar se debía a la “forma en que quedó redactado” y que contenía “ambigüedades”. Además, insistieron en que su adhesión podía generar incertidumbre, porque la redacción del tratado condicionaría la legislación chilena y expone al país a acudir a tribunales internacionales. Algo que apuntaba a los “altercados limítrofes con Perú y Bolivia”.

Sobre aquellas razones, la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, argumentó esta mañana -en conversación con Radio Cooperativa- no coincidir. “No estamos de acuerdo con las críticas del gobierno anterior sobre el acuerdo de Escazú, todo lo contrario”, expresó.

“Al gobierno del presidente Boric nos parece que el acuerdo de Escazú es un acuerdo fundamental para la garantía de los derechos humanos de los defensores ambientales, también es un acuerdo fundamental en términos de participación ciudadana respecto de los proyectos ambientales y en términos de justicia ambiental”, explicó la canciller para respaldar la decisión de adherir al acuerdo.

En ese marco, apuntó a que su contenido va “en la línea de lo que es el programa de gobierno, tanto para poder enfrentar la crisis ambiental y climática, como también respecto de la política exterior. Nosotros hemos hablado de la política exterior turquesa, y por lo tanto, esa es una de las primeras medidas que el presidente nos ha encargado tanto a mí como a la ministra de Medio Ambiente (Maisa Rojas)”.

Otro de los fundamentos a los que apuntó la canciller para firmar el acuerdo fue el liderazgo de Chile en la elaboración del tratado. “Además, implica que nosotros volvemos a ejercer el liderazgo que teníamos en esa materia. Fue el propio Chile el que propuso la negociación de este acuerdo y colideró toda la negociación con Costa Rica. Quedamos muy mal cuando después no lo firmamos”.

Artículo 11

El artículo 11 del acuerdo de Escazú, establece que “las partes prestarán especial consideración a los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo de América Latina y el Caribe”. Consultada sobre una eventual obligación de Chile para asistir ante tribunales internacionales respecto a la relación con Bolivia, Urrejola puntualizó en que el tratado “no establece ninguna obligación respecto de los temas”.

“El cuestionamiento tiene que ver con los tribunales internacionales, lo que establece el acuerdo de Escazú es, en primer lugar, una conferencia de estados partes, que es una instancia de operación de intercambio de experiencia, pero también lo que establece es un comité de apoyo a la aplicación y cumplimiento, que no es punitivo, es subsidiario, cumple funciones consultivas y no contenciosas”, explicó.

En esa materia, apuntó a que el rol, por ejemplo, que cumpliría la Corte Internacional de Justicia en cuanto a la interpretación y aplicación del tratado, “es en caso de si los estados -de manera voluntaria- quieren reconocer la competencia de la corte internacional”, y agregó que “pero la controversia entre los estados parte se resuelve por medio de negociaciones u otros medios de negociación de controversias que ambas partes consideran aceptables, por lo tanto, no hay ningún riesgo”.

“Los tratados se subscriben para cumplirlos”

Consultada sobre los aspectos del tratado que son vinculantes -y los que no-, la canciller aseguró que “los tratados se subscriben para cumplirlos”.

“Desde esa perspectiva, el tratado es vinculante en todas sus líneas. Otras cosas es el tenor que tiene que ver con cada uno de sus articulados. En general, el texto está escrito de manera tal que establece de conformidad con la legislación, de conformidad con las circunstancias internas, como muchos tratados se establecen un conjunto de principios, de estándares. Se trata es que los estados vayan avanzando en esos principios”, indicó.

En ese marco, precisó en que “el elemento esencial del acuerdo de Escazú, me parece desde esta perspectiva, es el principio de no regresión”. Según explicó, aquel principio se entiende, por ejemplo, “en que eventualmente hay que adecuar la legislación ambiental, hay que adecuar los sistemas de protección a defensores ambientales” respecto a lo que establece el acuerdo”.

“Lo que no podemos hacer desde el momento en que adherimos al acuerdo (...) es establecer decisiones tanto legislativas o de policías públicas que sean regresivos lo que establece el acuerdo de Escazú”, agregó.

TPP11, política de migración y primer viaje de Boric a Argentina

Otro de los temas que abordó esta mañana la ministra fue el acuerdo comercial TPP11. Sobre la postura del actual gobierno que sostendrá respecto al tratado, Urrejola explicó que si bien hay un “conjunto de observaciones”, es un “tema que tenemos que ir discutiendo”.

“La propia Cepal nos ha ofrecido un espacio para tener un debate técnico al respecto (...). Estamos trabajando en este tema, pero sí para el gobierno lo primero es esperar el debate constituyente antes de avanzar en este tema”, agregó.

Además, precisó en que “me parece importante dejar súper en claro que más allá de que el gobierno tiene una mirada respecto de los tratados de libre comercio, en el sentido de la necesidad de remirarlos a la luz de los nuevos desafíos que tenemos hoy. Hay tratados de comercio que son de hace más de 20 años, y hoy el mundo ha cambiado”.

“Lo que queremos es la participación de las comunidades, incentivar el comercio local, pero toda esa mirada si se están dando va a ser parte de un proceso multilateral”, complementó.

Respecto a política migratoria, la ministra aseguró que desde la Cancillería están evaluando un trabajo para establecer una “política multilateral en materia migratoria” y que, de hecho, fue un tema que el Presidente Boric sostuvo en las reuniones bilaterales previas al cambio de mando del 11 de marzo. “Nos parece que la crisis migratoria en el actual contexto regional y mundial requiere de respuestas regionales”.

Una de las reuniones bilaterales que sostuvo el actual Jefe de Estado en la jornada de su asunción fue con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. En el encuentro, el mandatario trasandino lo invitó al país, un viaje que se concretará el “5 de abril” y será el primero de Boric de carácter internacional, tal como lo había confirmado a principios de esta semana.

Aquella fecha, -según confirmó la ministra esta mañana- tiene una relevancia histórica. “Es una fecha que además tiene mucho simbolismo, porque conmemora el abrazo de Maipú, que fue cuando los próceres de la independencia, el general José de San Martín y el general Bernardo O’Higgins se dieron el famoso abrazo donde sellaron la independencia de Chile”, detalló Urrejola, y agregó que “por eso precisamente el Presidente irá a Argentina en esa fecha”.