Los emplazamientos que surgieron en la oposición para hacer frente al nuevo gabinete

En la imagen, Carlos Maldonado, presidente del Partido Radical; Alvaro Elizalde, presidente del PS; Fuad Chain, presidente de la DC ,y Heraldo Munoz, presidente del Partido por la Democracia. Foto: La Tercera/Archivo

En el sector comparten el análisis de que el gobierno habría dado un “giro a la derecha”, dándole a la centroizquierda un mayor espacio para acordar una agenda y actuar en bloque. Sin embargo, reconocen que la unidad no está garantizada y que aún necesitan superar las trabas y conflictos que llevan arrastrando durante los últimos años.


Incluso antes de que el Presidente Sebastián Piñera oficialiazara ayer los nombres de sus nuevos ministros, en los grupos de WhatsApp de la oposición comenzó a circular la idea de que se instalaría un “gabinete del Rechazo”. A esas alturas, en la centroizquierda ya estaba claro que entrarían al comité político algunas figuras de los sectores “más duros” de Chile Vamos, lo que, temían, significaría un giro de La Moneda hacia la derecha.

Pasada la una de la tarde, las preocupaciones del sector se materializaron. Y con más profundidad de lo que esperaban. Al ministerio del Interior llegó el exsenador UDI Víctor Pérez; como vocero entró el exdiputado de ese partido, Jaime Bellolio; a Relaciones Exteriores arribó el exsenador RN Andrés Allamand; mientras que a Defensa llegó el expresidente de esa colectividad, Mario Desbordes.

Esas cuatro incorporaciones, señalan en la oposición, dejaron en evidencia una “derechización” de La Moneda y el término de la “derecha social”, una situación que, a su juicio, podría abrir una nueva oportunidad para el sector. Por un lado, Pérez y Allamand, dicen, han sido férreos defensores de la actual Constitución y la opción Rechazo para el plebiscito del 25 de octubre, mientras que junto con Bellolio -quien se sumó a esa opción hace unas semanas- fueron de las principales voces de Chile Vamos en contra de la ley del retiro del 10% de fondos de pensiones. En el caso de Desbordes, en la centroizquierda consideran que su llegada al gabinete fue para “silenciar” las críticas y el estilo del timonel, quien fue además uno de los que “abrieron la puerta” en el oficialismo para el retiro de fondos que complicó a La Moneda. “Lo mandaron a un ministerio donde no se puede hablar de política”, dice un dirigente de la oposición.

En ese sentido, luego del ajuste ministerial, en la centroizquierda salieron algunos dirigentes a emplazar a sus pares, con el objetivo de lograr la unidad para hacer frente a este nuevo gabinete. “El Presidente Piñera optó por la derecha dura y dejó fuera del gabinete a los liberales. Con esto queda claro que la unidad de la oposición hoy resulta aún más importante para sacar adelante al país de esta crisis. A seguir defendiendo una agenda progresista”, sostuvo ayer en su cuenta de Twitter el vicepresidente del Senado, Rabindranath Quinteros (PS).

Esa misma opinión comparten los timoneles de las colectividades del sector, quienes aseguraron que con esto se “polarizan” las posiciones y que, por tanto, la defensa de la agenda del sector tendrá que ser más firme. “Esa ilusión que se trató de generar de una derecha social se acabó y lo borró el gobierno de un plumazo (...) Esa es la señal política”, señaló el presidente de la DC, Fuad Chahin, mientras que su par del PR, Carlos Maldonado, manifestó que “el atrincheramiento del gobierno en las posiciones más duras (...) solo pueden encontrar respuesta en una sólida y amplia coordinación política de la centroizquierda”.

En tanto, el timonel socialista, Álvaro Elizalde, señaló que “el cambio de gabinete va a profundizar la brecha de La Moneda con la ciudadanía. Por eso es muy importante la unidad de la oposición para construir una alternativa a un gobierno que quiere atrincherarse en las posturas más intransigentes y alejadas de las demandas ciudadanas”.

Sin embargo, en la centroizquierda señalan que, si bien aún los nuevos ministros no han mostrado cómo liderarán el gabinete, sus incorporaciones también representan un desafío. Esto, debido a que durante los últimos años, el sector ha estado dividido y no ha podido coordinar mínimos comunes o una agenda programática, pese a los esfuerzos por parte de algunas colectividades. En ese sentido, en la oposición reconocen que esta oportunidad no está garantizada y que podría ser solo circunstancial.

Pese a esto, en el sector también existe el análisis de que con este “giro”, la centroizquierda tendría “más cancha” para acercarse a los sectores moderados y de centro, algo fundamental para lograr convertirse en una alternativa de gobierno. “Nos dejan un tremendo espacio también para que los sectores moderados de oposición podamos consolidar nuestro crecimiento y poder aportar a una construcción de alternativa de gobierno distinta a la derecha”, agregó Chahin.

Por su parte, la presidenta de RD, Catalina Pérez, señaló que “la aglutinación del rechazo en el gobierno y el juego de la silla musical en el Parlamento nos obliga a redoblar esfuerzos de unidad para enfrentar el plebiscito. El retiro del 10% de los fondos de pensiones, el postnatal de emergencia, el límite a la reelección son triunfos de la gente frente a un gobierno que no escucha y desconoce la realidad de sus habitantes. (...) Nuestro próximo gran desafío es ponernos a disposición de las grandes mayorías y empujar el triunfo del apruebo”.

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